1. Sin esperar a ver si Rato es inocente o culpable (fue detenido durante ocho horas el jueves), la cadena Tele 5, muy enfadada con el PP, aprovechó para emitir imágenes de Rajoy y de Esperanza Aguirre hablando bien de Rato. Imágenes de archivo. De donde se deduce que comienza otro tiro al blanco contra el PP en plena campaña electoral. Yo me pregunto: si la Agencia Tributaria, que es la que investiga a Rato, depende de Montoro y Montoro depende de Rajoy, ¿por qué este circo contra sí mismos? ¿No se podía citar a Rato como a cualquier ciudadano? ¿Era indispensable una medida tan grave como el registro de su casa y de su oficina? Son sólo preguntas. Una vez más, la presunción de inocencia ha quedado en entredicho: el juicio paralelo ha comenzado con el boato de siempre.

2. El fiscal anticorrupción pidió al juez que dejara libre a Rato en cuanto terminaran los registros. Los delitos de fraude, blanqueo y alzamiento son graves, pero Rato no es un asesino. ¿Por qué esa imagen del policía empujándolo dentro del coche con muy poca delicadeza? No me gusta la forma de andar de la perrita. El pobre Sánchez, que como casi todos los de su partido no tiene nada que aportar al común sino los fallos de los demás, ya estaba pidiendo listas de regularizadores fiscales. Este muchacho cada vez se parece más a Zapatero, pero es todavía más osado y más torpe que el otro torpe.

3. El sino de los que han dirigido el Fondo Monetario Internacional es ser detenidos. Luego no pasa nada, pero el susto les queda para siempre. Vaya estigma más raro. A mí personalmente me sorprenden las palabras premonitorias de Montoro, en la mañana del jueves: algo así como que “la ley está por encima de las personas”. Ya lo sabíamos, pero desde luego Montoro o sabía mucho o no sabía nada de lo que iba a pasar por la tarde. Este país no tiene remedio, Miquelarena, no tiene remedio.
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