JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife
Hace cinco años, una mujer de Huesca se convertía en el primer caso en España de malaria autóctona desde hacía medio siglo. Una vez diagnosticado, su caso quedó registrado por los servicios de vigilancia epidemiológica del Ministerio de Sanidad. Podría ser un hallazgo poco significativo, como al final resultó, o indicar el cambio de tendencia de una enfermedad infecciosa que en España quedó erradicada en 1964. Para controlar y prevenir episodios de este tipo, la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica actúa como una especie de detective de las patologías infecciosas, a la caza de nuevos y exóticos patógenos como la malaria, el dengue o la Chikungunya, y viejos conocidos como la gripe.
Los servicios de vigilancia actúan como un termómetro para conocer la evolución de estas enfermedades infecciosas, pero solo anotan las consideradas de declaración obligatoria (EDO), aquéllas que pueden tener consecuencias para la salud pública. España, en la actualidad, reconoce 60 infecciones, un número que los expertos todavía consideran insuficiente en un mundo globalizado, en el que virus, parásitos y bacterias viajan en avión y en barco.
En Canarias, según datos de la Dirección General de Salud Pública, la principal amenaza continúa siendo la gripe, muy por delante de otras igual de comunes como el tétanos, la varicela, el sarampión, la sífilis o la tuberculosis. En concreto, según las mismas fuentes, en 2014 se notificaron un total de 37.994 casos del virus de la gripe, casi un 30% menos que el año anterior. Mención aparte están los procesos diarreicos de tipo ambiental, alimentario o vírico, de los que se notificaron a Salud Pública 49.800 casos.
Entre las nuevas amenazas, las enfermedades que se transmiten a través de vectores (mosquitos) son las que más preocupan actualmente a los responsables del departamento sanitario regional, a pesar de que todos los casos que se han declarado hasta ahora fueron importados. En concreto, el año pasado se contabilizaron 5 casos de dengue, 11 de malaria y 12 de personas afectadas por el virus Chikungunya.
La preocupación por la aparición de estas nuevas infecciones es tal que Sanidad está ultimando la redacción de un plan específico contra este tipo de patologías, al objeto de controlar, detectar y poner en marcha acciones contra la posible aparición de los vectores que las transmiten. En la elaboración del plan colaboran centros de investigación, como el Instituto de Enfermedades Tropicales, cabildos, ayuntamientos y otras consejerías y departamentos del Gobierno regional. Dicho plan viene a complementar y completar el trabajo que desde hace más de un año viene haciendo el propio Instituto de Enfermedades Tropicales, que hace más de un año inició una serie de controles en puertos y aeropuertos para detectar la posible llegada del mosquito Aedes aegypti, el vector causante del dengue.
Según confirma al DIARIO DE AVISOS el jefe del servicio de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública, Domingo Núñez, “es clave contar con un buen sistema de control y detección, y que existan medidas y acciones coordinadas que se puedan implementar en el caso de que apareciese o se transmitiera alguna de estas enfermedades”. “Se trata de tener elementos para combatir a estos vectores”, subraya Núñez.
Junto a estas enfermedades de transmisión vectorial, Salud Pública registró el año pasado casos de enfermedades de transmisión zoonótica, como la fiebre Q (66 afectados) y la leptospirosis (tres). Además, también se declararon, entre otros, 244 casos de salmonelosis, siete de legionella, 101 de sífilis, tres de fiebre tifoidea y 372 de VIH/sida. Se trata, en cualquier caso, de casos que los médicos notificaron al centro de salud pública correspondiente, por tratarse de enfermedades de declaración obligatoria y por su especial importancia para la comunidad.
El peligro latente del bioterrorismo
El nuevo listado de Enfermedades de Declaración Obligatoria (EDO), publicado en marzo por el Ministerio de Sanidad, incluye enfermedades tan conocidas como la hepatitis C, el herpes zóster, la toxoplamasmosis o la viruela. Esta última, erradicada desde 1978, no estaba en la lista porque no se consideraba un riesgo. España la incluye ahora para adaptarse al reglamento sanitario internacional, que todavía la sigue considerando una amenaza. No en vano, la viruela ha matado a más personas que el resto de enfermedades infecciosas juntas y la vacunación detuvo su diseminación hace ya tres décadas. Ahora se guardan restos del virus en laboratorios de alta seguridad, para poder volver a fabricar vacunas en el caso de que haya un contagio accidental o que pueda caer en manos de bioterroristas.
El año pasado, en Canarias se notificaron casos de 33 de las 60 EDO, la mayor parte de las cuales llevan años controladas gracias a la vacunación. Aun así, en 2014 se registraron en el Archipiélago hasta 239 casos de parotiditis (lo que popularmente se conoce como paperas), 229 de tos ferina y 4.614 de varicela. Desde Salud Pública dejan claro que se trata de cifras estimativas, porque hay personas que no acuden al médico o deciden tratarse con remedios caseros. Los últimos cambios no se limitan a ampliar el listado, también se mejora la recopilación de datos, al objeto de caracterizar el comportamiento de las enfermedades en la población, saber a quién afectan, prevenirlas y controlarlas.