opinión>

Semana Santa villera – Por Pedro Ángel Gómez Barreto

Mucho se ha escrito acerca de la enorme fama y solemnidad que atesora la Semana Santa de la Villa de La Orotava, y que, sin ánimo de entrar en comparaciones con otras celebraciones religiosas de esta misma índole, merece ser destacada por sus peculiaridades que la hacen diferente a las demás.

La Villa de La Orotava, a través de sus vecinos, vive fervientemente todos y cada uno de los actos conmemorativos de la Pasión y Muerte de Jesucristo, de una manera única, con el firme compromiso de las cofradías y grupos parroquiales que unen esfuerzos para dar mayor protagonismo a esta muestra de fe cristiana. Cabe resaltar que la especial singularidad de la Semana Santa villera radica, en nuestra modesta opinión, en varios aspectos como la arquitectura, el patrimonio religioso y la cultura musical, que además del culto religioso hacen disfrutar al que participa de momentos únicos como la suntuosidad de sus procesiones por las calles de la Villa, teniendo como fieles testigos del cortejo las diferentes edificaciones que engrandecen el tesoro arquitectónico de un casco histórico mundialmente famoso.

Junto a ello, la especial belleza de las imágenes que estos días procesionan por las calles de La Orotava, tallas únicas realizadas hace varios siglos por afamados escultores en las que destacan su antiquísimo valor artístico; y, finalmente, la cultura musical adquiere especial protagonismo por la interpretación de piezas musicales a cargo de colectivos como la Agrupación Musical Orotava, la Banda de Cornetas y Tambores de San Juan Bautista, sin olvidarnos del Coro Polifonía de La Orotava y de la Coral Polifónica Liceo de Taoro.

Y como broche a este comentario en el que hemos querido plasmar la especial singularidad de la Semana Santa de La Orotava, permítanme que les mencione un hecho ocurrido en la popular procesión del Cristo de la Cañita, en el barrio de San Juan del Farrobo, en la noche del Lunes Santo. Al pasar el cortejo procesional por la calle Nueva se detuvo la imagen del Cristo frente a la fachada de la vivienda donde residía el malogrado joven cofrade orotavense Iván García Sosa, quien fue muy devoto de esa imagen. El emotivo homenaje contó con la relevancia musical a cargo de la Banda de Cornetas y Tambores de San Juan Bautista, bajo la sabia dirección de don Eulogio Oliva y de la perfecta ejecución de la obra Sentimiento Cofrade, dedicado a su memoria, por la Agrupación Musical Orotava, dirigida magistralmente por el profesor Julio Castañeda, y cuyos componentes con lágrimas en sus ojos interpretaron este merecido homenaje al joven desaparecido.

He aquí una muestra de la singularidad y grandeza de la Semana Santa de la Villa de La Orotava.