T. F. | Santa Cruz de Tenerife
Las autoridades de Tenerife y La Gomera esperan que entre hoy y mañana llegue a sus costas parte del piche que desde el pasado jueves ya se recoge en el litoral de Gran Canaria. Así lo pronostican los modelos de corrientes aportados por los especialistas del Instituto de Oceanografía y las observaciones realizadas frente a Mogán y La Aldea, los dos municipios de la Isla Redonda que hasta ahora se han llevado la peor parte de esta crisis medioambiental.
Aunque tanto los pronósticos de los oceanógrafos como la apuesta de quienes han trabajado en la zona afectada no son concluyentes por razones obvias, tanto el Gobierno de Canarias como los cabildos y los ayuntamientos implicados celebraron ayer varias reuniones para coordinar esfuerzos y adoptar las medidas preventivas pertinentes.
Por lo que respecta a Tenerife, se confirma que el piche, en caso de que llegue, aparecerá entre Punta Abona y Punta Rasca, una franja que abarca hasta cuatro términos municipales: Arico, Abona, Granadilla y San Miguel de Abona. Sus representantes explicaron ayer que ya se trabaja en la preparación de su personal para hacer frente a esta contaminación costera.
Por su parte, el Cabildo de Tenerife ha sacado el músculo propio de un Gobierno insular que se precie como tal al poner a disposición de esta emergencia unos 200 profesionales de su área de Medio Ambiente. Sin duda, algo más que un refuerzo a los 50 efectivos con los que cuenta para esta contingencia en esta Isla el grupo público Transformaciones Agrarias (Tragsa), adscrito al Ministerio de Fomento. En la cita de ayer del comité director del Plan de Contingencia ante Contaminación Marina se recomendó a las instituciones tinerfeñas activar sus planes territoriales de emergencia de manera preventiva para conocer qué medios y recursos están disponibles en caso de que el vertido llegara a la costa, con especial incidencia en el catálogo de zonas vulnerables, tanto por infraestructuras sensibles como por zonas de protección medioambiental. Mientras tanto, helicópteros del Gobierno de Canarias, en coordinación con medios aéreos del Gobierno central, vigilan desde el aire la evolución de la mancha de piche.
Felizmente, no hay noticias de ninguna nueva, y la que viene desde Gran Canaria no tiene enjundia para provocar una catástrofe irreparable.