1. He leído la última novela de Arturo Pérez-Reverte, Hombres buenos, que hace furor en las librerías; acaba de aparecer. Dos académicos de la lengua, el bibliotecario don Hermógenes Molina y el almirante don Pedro Zárate, veterano de Tolón, hacen un viaje a París para comprar, por encargo de la Real Academia, la Encyclopédie de D´Alembert y Diderot, que figuraba en el Índice de libros prohibidos en España. El relato es apasionante, la ambientación excelente y la obra, de 582 páginas, te traslada a los finales del siglo XVIII, que es cuando tiene lugar esta preciosa aventura, basada en hechos reales. El académico firmante tuvo que hacer hoy el mismo camino que sus colegas de antaño y comprobó, con asombro, que casi idéntico periplo se puede realizar en nuestros días por las mismas carreteras secundarias españolas, hasta la frontera con Francia, que sustituyeron a aquellos caminos de postas, posadas y salteadores de caminos.

2. El relato es precioso, los diálogos son para enmarcar y en los personajes se mezcla la bonhomía y la piedad del bibliotecario con el talante liberal y descreído del almirante, un hombre frío y cordial a la vez, en cuya boca se ponen sentencias exquisitas. El hecho de que se trata de una historia real emociona más, por cuanto los personajes se movieron con ciertas dificultades en una tierra que no conocían, sorteando mil y unas aventuras increíbles.

3. El relato es precioso, los diálogos son para enmarcar y en los personajes se mezcla la bonhomía y la piedad del bibliotecario con el talante liberal y descreído del almirante, un hombre frío y cordial a la vez, en cuya boca se ponen sentencias exquisitas. El hecho de que se trata de una historia real emociona más, por cuanto los personajes se movieron con ciertas dificultades en una tierra que no conocían, sorteando mil y unas aventuras increíbles.
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