NOMBRE Y APELLIDO>

Alberto Schommer – Por Luis Ortega

Junto a músicas y silencios, lemas y sintonías -cuanto Pompidou llamó “la pragmática contaminación sonora”-, en el plano visual cualquier campaña provoca también una fugaz decoración en nuestros pueblos y ciudades que, por varios acasos, nunca alcanza la categoría de arte efímero. Acaso por la localización periférica, y en lugares residuales, de las vallas publicitarias, donde se insertan los retratos, individuales o corales; acaso por su aparición forzada en calles y carreteras y por su brusco encastre en los sitios cedidos por los ayuntamientos; acaso por su descarada búsqueda de objetivos, por el vulgar seguimiento de las tendencias -poner y quitar corbatas, por ejemplo- y por las consignas coincidentes, al margen de las ubicaciones políticas, no alcanzan la categoría de arte efímero. Esa nube obligada se aposenta también en los medios y condiciona temporalmente la lectura, la imagen y el sonido. Es lo que hay o lo que toca cada cuatro años o menos, si las circunstancias lo aconsejan al poder de turno. Se cuentan, sin embargo, las excepciones debidas al talento que redimen el carácter puntual de los trabajos y, al respecto, Alberto Schommer (1928), retratista psicológico de los nombres propios de la Transición, volvió por sus fueros y nos dejó una breve pero sustantiva muestra. Cristina Cifuentes (PP), Ángel Gabilondo (PSOE) y Luis García Montero (IU), candidatos a la Comunidad de Madrid, y Manuela Carmena (Ahora Madrid); Antonio Miguel Carmona (PSOE), David Ortega (UPyD) y Begoña Villacís (Ciudadanos), candidatos a la alcaldía de la Villa y Corte, atendieron a su invitación y posaron de negro, para integrarse en el ambiente, y con las manos abiertas y las palmas hacia el espectador, en la casa y para la cámara del prestigioso fotógrafo vasco, presente en numerosos museos de Europa y América. No oculto nada fue el título de esta serie que publicó El País y que su creador justificó con estas palabras: “Una instantánea tan sencilla no es nada fácil. Hay gente a la que le cuesta mostrar las manos y mantenerlas abiertas; las giran, las doblan, tienden a cerrarlas…”. Aparte del lujo de contar con una fotografía del maestro vitoriano (Medalla al Mérito de las Bellas Artes en 2008 y Premio Nacional en 2013), los retratados saben que, al margen de su futuro en la política y de la fugacidad de su presencia gráfica hasta hoy, ya entraron en el imaginario general de nuestra historia contemporánea por una vía ilustre y estética.