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Vuelve la angustia

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Aitor Sanz pugna por un balón ante la presencia de un jugador del Sporting. / TUERO-ARIAS

MARTÍN-TRAVIESO | Santa Cruz de Tenerife

Mucho Sporting para tan poco Tenerife. La distancia sideral que separa en la clasificación al cuadro gijonés del blanquiazul se reflejó ayer sobre el verde de El Molinón. Los locales ganaron con autoridad y sin sufrimiento a los de Agné, que se jugarán la vida en los dos últimos partidos de la temporada.

Los jugadores astures controlaron de principio a fin un partido que no admite discusión: ganaron los mejores. No obstante, al Gijón le costó abrir el cerrojo insular. De hecho no lo logró hasta que se cumplió el minuto 45 de la primera parte.

[sws_pullquote_left]Al Sporting le costó 45 minutos abrir el cerrojo defensivo tinerfeñista[/sws_pullquote_left]

Conocedor de que su principal rival, el Girona, había ganado su partido, el Sporting se enchufó rápido al encuentro y salió con más energía que un rival que se mostró más conservador y muy ordenado, especialmente en el apartado defensivo.

Agné solo introdujo un cambio en el once inicial con respecto al encuentro del pasado miércoles en Sabadell. El puesto del atacante Suso, que se perdió el partido por sanción, lo ocupó el grancanario Omar Perdomo. El extremo fue el único que hizo algo en ataque en el Tenerife. Demostró tener verticalidad, calidad y velocidad, hasta que el físico le acompañó.

Gran parte de la primera parte se jugó en el campo del Tenerife. El control del esférico correspondía a los pupilos del Pitu Abelardo, como demuestra la estadística de posesión del esférico al final de la primera mitad: 58% para los rojiblancos, 42% para los visitantes.

Aún siendo así, el Tenerife presionaba bien en todas las zonas del campo, dificultando la circulación de balón de los sportinguistas. Destacaba la participación de Sergio y de Cases, pero nunca ninguno de los dos encontró fluidez en las llegadas al área tinerfeña. Pero el Sporting también tiró por otros caminos para llegar a la portería adversaría. Utilizó las bandas, con Jony y Hugo Fraile a pierna cambiada, para superar a Moyano y a Cámara, quienes tuvieron mucho trabajo. Incluso emplearon un recurso que les suele dar buenos resultados: los saques de banda. En esas acciones tienen a un especialista, Luis Hernández, pero Dani demostró tener bien estudiada estas jugadas. Carlos Castro y Sergio Álvarez fueron los primeros en probar fortuna, pero sus lanzamientos resultaron carentes de verdadero peligro.

En la otra área, Cuéllar pasaba una tarde plácida. Solo interrumpida en ciertas ocasiones, pero nunca pasó nada que de verdad le inquietase. Lo más destacable en el balance ofensivo del Tete fue una especie de remate que Maxi Pérez no dirigió con acierto tras un fallo del Pichu en el despeje de una falta. Ese fue el acercamiento con más peligro del Tenerife en los primeros 45 minutos.

En cambio, Dani lo pasó mucho peor. Sudó la gota gorda cuando, en el minuto 32, un remate de cabeza de Bernardo se marchó fuera por poco. En el salto, le ganó la partida a los dos centrales blanquiazules.

Esta acción fue el inicio de los mejores minutos de los locales. Jony, Carlos Castro y Nacho Cases, intentaron abrir la lata, pero a todos ellos les faltó acierto.

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Moyano defiende una jugada en el encuentro de ayer. / TUERO-ARIAS

Eso hasta que se habían cumplido los 45 minutos reglamentarios y el partido transcurría por el minuto extra que designó el colegiado. Fue entonces cuando el Sporting encontró el justo premio a su insistencia. Una buena jugada de combinación desembocó en un balón metido en profundidad por Cases al que Carlos Castro pasó en dirección a la internada de Isma López, quien encontró un gran pasillo y, cuando entró en el área, lanzó un tiro cruzado que batió a un Dani que se estiró, pero que no pudo hacer nada para evitar el 1-0. Así acabó la primera parte.

El paso por los vestuarios, y verse por detrás en el marcador, espabiló al Tenerife, que algo mejoró durante la segunda parte. Tuvo más toque de balón y asumió algunos riesgos, no obstante nunca pudo con la defensa gijonesa, que siempre se vio respaldada por Cuéllar.

Con todo, las mejores ocasiones de gol siguieron cayendo para el bando local. Reanudó las hostilidades Nacho Cases, quien disparó desde el borde del área, frenando el lanzamiento la defensa chicharrera, pero el balón cayó a pies de Carlos Castro que disparó cruzado por centímetros ante la oposición de Hugo Álvarez.

Posteriormente, Nacho Cases y Carlos Castro aprovecharon los huecos que dejaba la zaga rival para combinar y dejar al joven delantero en una inmejorable posición para marcar. El disparo final fue cruzado y entró de nuevo en la portería de Dani. Fue el definitivo 2-0.

Tras la sentencia, al Tenerife solo le quedaba acabar el encuentro de la mejor manera posible. La mejor ocasión en ataque de los de Agné llegó cuando Omar Perdomo se puso a jugar. El pibe se enchufó y tiró de repertorio para crear peligro. Una indecisión defensiva local la aprovechó para hacer un buen recorte y disparar libre de marca, pero el balón se estrelló en el poste de la meta de Cuéllar.

En los último minutos, Agné arrojó la toalla y comenzó a pensar en la final ante el Betis, por lo que retiró del campo a jugadores fundamentales pero sin variar el planteamiento.

El partido decayó al final y se consumó una nueva derrota que vuelve a traer incertidumbre al futuro de los blanquiazules.