DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife
Cada vez que le preguntan si Ciudadanos (C’s) es de derechas o de izquierda, Albert Rivera se pone naranja. “Nuestros votantes son gente que se indignaron y que está ilusionada con el cambio”, proclama el presidente de este partido emergente. Sus detractores lo colocan en el punto de mira para que se retrate. Hay quien lo asocia automáticamente al PP y quienes lo ven como un caballo de Troya de la socialdemocracia. Ni tan azul ni tan rojo, sino todo lo contrario.
Parece un chiste, pero es verdad que una candidata se larga de C’s porque ha leído el programa electoral y le salieron ronchas. En la lista al Ayuntamiento de Mataró (Barcelona), Nuria Sánchez se ha dado cuenta de que C’s no es del espectro de la “izquierda moderada”. En su perfil de Facebook confiesa que es culpa suya por aceptar participar en un proyecto político sin saber dónde se metía. Lo cierto es que de algún sitio tienen que salir los simpatizantes de Ciudadanos. El nombre ya es bastante inclusivo. De hecho, ha recogido a rebotados tanto del PP como del PSOE.
Los que identifican Ciudadanos con los populares enmudecieron cuando escucharon algunas propuestas económicas: establecer tres tramos en el IRPF, con un tipo máximo del 42%; fijar un tipo de IVA general al 18% y otro reducido al 7%; además de eliminar casi todos los beneficios fiscales en el Impuesto de Sociedades. Por lo demás, su ideario económico está en líneas generales más próximo al PP que al PSOE; al igual que en materia del modelo de Estado, las relaciones laborales y la inmigración. Los analistas encuentran similitudes con el PSOE en la supresión de exenciones fiscales, en las pensiones, la dependencia, educación, sanidad y otras medidas sociales. Sin embargo, una delegación de Ciudadanos rehusó ayer firmar el manifiesto de compromiso con la sanidad pública, impulsado por el movimiento sindical, que el lunes suscribieron CC, PSOE, NC, IU, Podemos y ANC. El argumento utilizado coincide con el del PP: la negación de la denominada deuda histórica del Estado.
El perfil profesional de la candidata a la presidencia del Gobierno de Canarias, Melisa Rodríguez, es toda una declaración de intenciones: empresaria-trabajadora autónoma.
[sws_grey_box box_size=”620″]Cambio tranquilo
Reforma fiscal: reducir a tres el número de tramos en la tarifa general del IRPF -el 18%, el 28% y el 42%-; complemento salarial anual para las rentas más bajas y otro a las pensiones; eliminar la práctica totalidad de los beneficios fiscales en el Impuesto de Sociedades; reforzar los límites de deducibilidad de los intereses y fijar un tipo único del 20%, que también se aplicaría las pymes; bajar los tipos de los impuestos de Sucesiones y Patrimonio, con unas exenciones más amplias para favorecer a las clases medias.
Adelgazar la Administración: fusionar los ayuntamientos de municipios con menos de 5.000 habitantes, en determinadas circunstancias; reforma constitucional hacia un Estado descentralizado, federal y coordinado, con una clarificación del reparto de competencias y evitando duplicidades.
Regeneración democrática: reforzar la lucha contra la corrupción, el fraude y los “agujeros legales” para recaudar de forma más justa; sistema electoral con listas abiertas para que los votos valgan igual y no se castigue a las islas capitalinas.[/sws_grey_box]