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Entre Carmena y Carmona – Por Andrés Chaves

1. Manuela Carmena, que es un híbrido entre el jovencito Frankenstein y Greta Garbo, quiere resucitar el espíritu del viejo profesor y convertirse en un Tierno Galván de nuevo cuño. Ante la falta de ideas se recurre al pasado, esto es propio de la izquierda sin fronteras. Va a gobernar Manuela en Madrid de la mano de Carmona, forjado en la televisión de la derecha que luego fue abandonada por Rajoy y por Montoro, como es Intereconomía. Todo lo que le ha ocurrido al PP es por soberbia y por no acordarse de quienes lo pusieron ahí. Se hartan -¿eh Soraya?- de untar a Prisa con mantequilla de la buena y luego se olvidan de que Prisa apoyará al corazón de Tierno, albergado en el pecho -¡qué horror!- de Manuela Carmena, una jueza que simpatizaba con quien simpatizaba. Intereconomía tuvo que cerrar, o casi, y Prisa va pagando sus deudas. El mundo está lleno de desagradecidos.

2. La izquierda regresa al romanticismo de la Transición, pero esta vez con coletas; Felipe y Guerra, hoy a la greña, nunca las llevaron, se decantaron por la pana, que es una prenda muy sufrida. Pero hemos dado una vuelta de tuerca a la democracia y a estos que vienen les gusta el dinero como a cualquiera, pero lo disimulan de puta madre. Menos Monedero, que fue cogido jiñando. Ahora Rajoy deberá entender dos cosas: a) No sólo hay que gobernar para Europa, sino también para España; y b) no se puede destruir a la clase media persiguiéndola fiscalmente, haciéndole pagar hasta tres veces por la misma cosa (sucesiones, plusvalías y transmisiones patrimoniales que tenían que haber abolido por ley). Hay más, pero me callo.

3. Yo quería hablarles de Manuela Tierno Galván, digo Carmena, que ahora va a llenar de patos el Manzanares y de nardos la coleta del tal Iglesias. Sólo que el viejo profesor decía que era menester ejercer la cordura y ésta no sé lo que dice porque todavía no ha dicho nada, así que compadezco a los madrileños si resulta elegida alcaldesa, gracias a los votos de Intereconomía. En fin, vuelta de tuerca a la democracia y paso atrás, a las gafitas pijas de Carmona y a los fulares de Carmena. Entre Carmena y Carmona yo me quedo con Tierno Galván, el viejo profesor.