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Entrenamiento al aire libre – Por Jorge Miguel González Hernández

Aire libre y entrenamiento es un binomio muy atractivo. Empieza el buen tiempo y en nuestras Islas tenemos la suerte de contar con múltiples espacios abiertos para realizar actividad física. Montes, parques, paseos marítimos o playas son lugares donde podemos realizar actividad física sin horarios, respirando aire puro y disfrutando de las posibilidades que nos brinda el entorno. Cambiar nuestro lugar de entrenamiento de vez en cuando es conveniente ya que huir de la monotonía y de la rutina nos aportará nuevos estímulos, consiguiendo motivación y mejoras en nuestro rendimiento. Cada lugar tiene su atractivo particular, que lo hará más o menos útil para nuestro entrenamiento. Cada vez son más numerosos los parques biosaludables (con máquinas de ejercicios) que nos pueden ser muy útiles para realizar ejercicios de fuerza. Es muy importante para mantenernos en forma trabajar la fuerza en todas las edades y con asiduidad. Por lo tanto, para aquellas personas que salen a caminar o a trotar, usar estas máquinas puede ser una buena opción con la que completar la sesión de actividad física. Elegir la playa como escenario tiene algunas indicaciones a tener en cuenta. La densidad de la arena nos obliga a hacer más esfuerzo a la hora de caminar o correr sobre ella. Eso provoca un mayor consumo de calorías al activar más nuestra musculatura. Por esta razón, caminar o hacer ejercicio en la arena puede ser aconsejable para fortalecer los ligamentos y los músculos de las articulaciones de tobillo y rodilla, aunque tenemos que evitar una inclinación muy pronunciada de la orilla ya que esto puede ocasionar desequilibrios y desestabilizar nuestras articulaciones, provocando molestias o, incluso, lesiones. Podemos valernos de la arena seca y mojada, de la orilla y del agua para hacer ejercicios con diferentes estímulos. A la hora de correr es preferible la arena mojada, ya que no se hunde tanto la pisada, no se cansa tanto la musculatura y no altera tanto la forma natural de correr. ¿Ir descalzo o con tenis? Aconsejo que si vamos a correr excesivos kilómetros o realizar carrera con mucha frecuencia, utilicemos tenis. De esta forma nuestro pie irá más protegido de torceduras, impactos, cortes o quemaduras. Pero correr descalzos nos permite dar libertad a nuestra pisada y activar más la musculatura. Además, la playa tiene el aliciente de que podemos terminar nuestro rato de ejercicio con un chapuzón, siempre entrando al agua de forma prudente para evitar cambios bruscos de temperatura. La superficie más agresiva para nuestras articulaciones son las aceras, seguidas del piche, mientras que la tierra, la arena y el césped presentan mayor suavidad. Variar el suelo de nuestro escenario de entrenamiento puede ayudarnos a no tener lesiones o molestias, y hacerlo durante la misma sesión nos servirá para estimular de manera diferente nuestra musculatura. Para concluir, lo más importante es la hora del día en la que realizar actividad física. Debemos evitar la franja horaria donde el sol incide con más fuerza para evitar golpes de calor, quemaduras o deshidrataciones. Es aconsejable salir hidratados o beber algunos sorbos de agua durante la actividad, más ahora con las altas temperaturas del verano.

* CAFD Colegiado número 55.163
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