MARTÍN – TRAVIESO | Santa Cruz de Tenerife
El CD Tenerife vendió esta semana a su público que el partido de mañana es una verdadera final y la afición asimiló que su equipo se la juega de verdad. De ese binomio, no siempre bien avenido, surge la tremenda expectación que esta semana ha levantado el duelo con el Betis, cuyo culmen será el domingo a las 17.00 horas, hora de inicio del duelo. En ese momento el Heliodoro Rodríguez López ya vestirá sus mejores galas. De hecho, ayer el club colgó el cartel de no hay entradas y espera que en torno a las 20.000 almas se den cita en las gradas del recinto deportivo de la calle de San Sebastián para impedir que su equipo caiga derrotado en un partido crucial.
La demanda de localidades fue alta desde el martes con las promociones especiales lanzadas por el club para acompañantes abonados y público en general, habiendo confirmado la entidad tinerfeñista ayer, poco antes de las seis de la tarde, que se acabaron las localidades para la cita. Ya el miércoles se había agotado el papel de la grada de Popular Baja, mientras que en la mañana del jueves no quedaba en Herradura Baja. De esta manera, las taquillas permanecerán cerradas tanto en la jornada de hoy como la de mañana.
Los abonados pudieron adquirir hasta dos entradas a tres y cinco euros y los no abonados retiraron los tickets por 10 euros (gradas laterales) y cinco euros los fondos.
La entidad ha hecho un llamamiento, a través de su página web, para que este domingo las gradas del estadio estén engalanadas de blanco y azul. Se espera que peñas, resto de grupos de animación y miles de seguidores acudan a tan importante cita con sus camisas, bufandas, banderas y demás prendas, para así llenar de colorido el Heliodoro.
Las puertas del Rodríguez López tienen previsto abrir a partir de las 15.30 horas, o sea, hora y media antes del comienzo del encuentro.
Así, el Tenerife-Betis tendrá la mejor entrada de la temporada, que hasta el momento era la del derbi canario, celebrado en septiembre.
“Nos jugamos muchísimo”
Raúl Agné es consciente de que lo de mañana es prácticamente definitivo, por mucho que el siguiente fin de semana haya otro partido de Liga. El aragonés prefiere pensar que después del Betis no hay un mañana y sabe que su equipo llega al trascendental duelo contra los sevillanos “un poquito mejor que otros”, así que “estamos con ilusión de terminar con esta temporada que está siendo larga”. No se fía de que los verdiblancos ya hayan logrado su objetivo y que arriben al encuentro después de pasar casi una semana de celebraciones. Él prefiere pensar todo lo contrario. “Es un equipo de Primera División, no te va a regalar nada. Lleva 73 goles a favor y, a partir de ahí, sabemos que vamos al límite ante un rival que se va a jugar mucho. Nuestra obligación es dejarlo todo en el campo”, dijo el de Mequinenza. Para derribar a un adversario que es infinitamente superior, propone “ser fuertes mentalmente. Nos jugamos lo suficiente como para estar metidos. A mí la palabra miedo no me gusta decirla”, dijo. A su juicio, prima el aspecto mental, por lo que entiende que “hay que manejar bien las emociones”, por mucho que “sabemos que la orilla está ahí y sabemos que queda el último esfuerzo. Nosotros siempre vamos a por ellos, pero sí es cierto que el rival que está enfrente tiene tal pegada, que hay que tener cuidado”. Aseguró ayer que Ricardo no jugará, mientras que Cámara y Maxi están en condiciones.