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Latinoamérica y los falsos mensajeros – Por Gerardo Daniel Settecase

La semana pasada celebramos el Día Internacional de la Prensa con poco que justifique un brindis, pues son escasos los países donde los periodistas no corren riesgo (24 asesinados y unos 400 agredidos y amenazados solo en Latinoamérica en 2014), censura, exilio, asedio gubernamental a las empresas, o son reemplazados por militantes oficialistas. Falsos mensajeros. Nadie escapa a estos intentos de control sobre lo que, como profesionales, debemos informar al ciudadano. Incluidos los que trabajamos en una España cuyo Gobierno sugirió un proyecto para sancionar a quienes informaran el contenido de sumarios judiciales, acercándose así, peligrosamente, a una Venezuela que hasta impide informar cifras de delincuencia común; una Ecuador que los persigue judicial y económicamente; o una Argentina que prohíbe difundir estadísticas privadas de inflación. País, este último, que ha “rizado el rizo”. Alguna vez modelo de profesionalización universitaria o “fogueados” en la calle, ha ampliado la de los falsos mensajeros que egresan de la pseudo Universidad de Madres de Plaza de Mayo, con la oferta de su fuerza de choque -La Cámpora- de graduarse de periodista “militante y kirchnerista” en ¡cuatro meses!

(www.periodicotribuna.com.ar), permitiendo así comprender tanta desesperación por desmembrar el Grupo Clarín y quienes conducirán los “medios recuperados para el pueblo”, según la presidenta Cristina Kirchner, afín a hablar por horas en programas de difusión obligatoria, copiando en ambas estrategias al extinto primer mandatario venezolano Hugo Chávez y su sucesor, Nicolás Maduro, entre otros. Ante tanto falso mensajero sería para preguntarse si, además de vivir en peligro como los colegas latinoamericanos, valió la pena quemarse pestañas por años en universidades, o foguearse en la calle, sino fuere porque los verdaderos profesionales tenemos ética, vocación, autocrítica, y la convicción de que los políticos pasan y el ciudadano pervive. Único juez de nuestro trabajo.
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