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Menos títulos pero más trabajo

El rendimiento de las mujeres siempre es mayor que el de los hombres. / DA
El rendimiento de las mujeres siempre es mayor que el de los hombres. / DA

SARAY ENCINOSO | Santa Cruz de Tenerife

Se les atragantan los títulos. Casi seis de cada diez chicos que se matriculan en Secundaria en Canarias no titulan (54%) y ocurre lo mismo en Bachillerato (56%). Algunos abandonan, otros repiten y ahora muchos -las cifras se han multiplicado durante los últimos años- se matriculan en algún ciclo de grado medio de Formación Profesional. A las chicas también les cuesta llevarse el diploma a casa -el 46% no titula en Secundaria y el 44% en Bachillerato-, pero como ocurre en casi todos los países desarrollados, rinden más. Los datos, muy alejados de las cifras estipuladas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), evidencian la desventaja de Canarias con respecto a otras regiones similares en el continente, pero, además, ponen de manifiesto el origen de una brecha de género que empieza a fraguarse en edades tempranas y que se perpetúa en el tiempo. Al final, ellas pueden alardear de haber conseguido más títulos -esa ventaja se reproduce también en la Universidad-, pero obtienen menos empleos y peor remunerados.

Las tasas de titulación, proporcionadas por el departamento estadístico de la Consejería de Educación, revelan también una cartografía dispar dentro del Archipiélago. Aunque los datos son malos en ambas provincias, en Santa Cruz de Tenerife los varones presentan peores porcentajes que en Las Palmas, y ocurre lo contrario con las mujeres.

Además, en términos globales, según la OCDE, España, a pesar de que ha registrado avances en la formación de su población, sigue registrando datos educativos alarmantes. El Panorama de la Educación, informe que publica el organismo internacional cada año y que compara la evolución de los países miembros, desvela que el 44% de los españoles adultos solo tiene la primera etapa de la Educación Secundaria, mientras que en el resto de los países miembros ese porcentaje baja hasta el 23%.

Los expertos que firman el informe también alertan de las diferencias de género en la educación. La presencia de las mujeres en las aulas es masiva desde hace años. Superan en número a los varones, pero también logran mejores resultados a lo largo de toda su vida académica. Ocurre desde la Secundaria hasta la enseñanza superior. La prueba es que casi el 60% del alumnado de muchas universidades españolas, entre ellas la de La Laguna, es femenino. El problema es que una vez que abandonan las aulas se topan con más dificultades para conciliar la vida familiar y laboral, y muchas acaban viéndose obligadas a elegir entre desarrollar su carrera profesional o dedicarse a su familia.

La OCDE pone en evidencia que esa falsa elección se da en países donde las brechas salariales entre hombres y mujeres son muy amplias. Ocurre en España, pero especialmente en Canarias, que es una de las regiones con peores salarios y con mayor diferencia de sueldos entre hombres y mujeres. Según los investigadores, esta disparidad de ingresos hace que muchas madres se queden en casa tras dar a luz y que esa situación apenas se dé entre los varones. A esta desigualdad económica se une, precisan, que la ciudad o la comunidad de residencia no cuente con una oferta de servicios amplia para el cuidado de los niños.

Según las últimas estadísticas de la Encuesta de Población Activa (EPA), referentes al primer trimestre de este año, la tasa de paro en los varones se sitúa en el 30,1%, mientras que entre las mujeres llega hasta el 31,7%.

A este alto índice de desempleo hay que sumar, además, que el Archipiélago es la primera comunidad en número de jóvenes que ni estudian ni trabajan. Al principio de la crisis, esta situación afectó sobre todo a los chicos, que fueron los más damnificados por la crisis. Muchos habían abandonado las aulas para irse a trabajar a la construcción y cuando llegaron las dificultades económicas perdieron su empleo.

En 2009 el porcentaje de ninis varones era del 26%, tres puntos por encima que el de las chicas. Los últimos datos de la Encuesta de Población Activa, cribados esta semana por el Ministerio de Educación, demuestran que en 2014 esta diferencia se había reducido y apenas había una décima de diferencia; eso sí, a favor de los chicos. El 25,6% de los jóvenes se encontraba en esa situación frente al 25,7% de las chicas.

Beneficios económicos de la educación

Existe abundante literatura científica que aporta pruebas concluyentes acerca de la tasa de rentabilidad de la educación y su atractivo privado. En el estudio realizado para FEDEA por Ángel de la Fuente y Juan Francisco Jimeno (2011) para el caso de España, cuyos datos se
refieren en su mayoría de 2006, se estipula una tasa de rentabilidad de la inversión en educación en torno al 5%. Ésta se eleva al 7% cuando se trata de estudios postobligatorios. En cuanto a las diferencias regionales, se aprecia cierta dispersión (Extremadura 6,3%, Canarias 3%), si bien ésta debe considerarse de carácter moderado. En lo concerniente a la recuperación del gasto público en educación a través de la recaudación fiscal, el estudio es exhaustivo en la construcción de un modelo representativo y viene a concluir que existe una subvención pública neta a la inversión educativa, si bien no por el total de la misma. Así, se tienen en cuenta los costes públicos directos, la reducción de ingresos tributarios corrientes o las mayores pensiones contributivas; y, por otro lado, los mayores ingresos fiscales derivados de salarios superiores y el menor gasto en prestaciones por desempleo. La conclusión alcanzada es que parte del coste público de la educación se recupera para el sistema público, especialmente en los niveles postobligatorios, pero que la magnitud de estos retornos se ve seriamente afectada por el alto nivel de fracaso escolar (inversiones fallidas). Este fenómeno viene a representar cerca del 60% del coste público total y reduce la tasa de cobertura (porcentaje del coste total en educación recuperado por el Estado) del 66% a apenas el 7% del total del gasto.