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Óscar Izquierdo: “Tenerife no ha sido prioritaria para el Gobierno de Canarias”

Foto FRAN PALLERO
Foto FRAN PALLERO

MARÍA FRESNO | Santa Cruz de Tenerife

Lleva cerca de 23 años trabajando al lado de Antonio Plasencia al frente de la patronal de la construcción. Tiempo en el que ha visto cómo Tenerife se ha ido quedando muy “rezagada” en su dotación de infraestructuras con respecto a otras islas. Óscar Izquierdo se atreve a decir, incluso, que el hecho de haber tenido presidentes tinerfeños, lejos de beneficiar, ha perjudicado a Tenerife. Ahora se aproximan elecciones. Vuelven los cambios de sillón en un momento, además, en el que asegura que el sector comienza a remontar.

-Llegan las elecciones. Imagino que Fepeco habrá tenido estos días muchas visitas políticas, ¿no?
[Risas] “Sí, algunas. Nosotros escuchamos y recibimos a todos”.

-¿Qué le piden al nuevo Gobierno que salga de estas elecciones?

“Que sea valiente y apoye al sector de la construcción porque es el único que puede generar con rapidez los miles de puestos de trabajo que demanda la sociedad canaria. Mire, en los últimos años el Gobierno se ha centrado solo en el turismo, que ha demostrado que es incapaz de asumir todos los puestos de trabajo que necesita Canarias”.

-¿A qué tipo de apoyo se refiere? ¿Más obra pública?

“Por ejemplo. Si algo ha demostrado la crisis que estamos padeciendo desde el año 2007 es que sin construcción no hay vida. Forma parte de ella desde que nacemos en un hospital hasta que morimos en un cementerio, y durante este trayecto nos acompañan las instalaciones deportivas, las carreteras, los colegios… Desde que se paralizó la construcción, el resto de sectores no ha dejado de caer”.

-Es cierto lo que dice, pero entenderá que el turismo no puede absorber a toda esa mano de obra procedente del sector de la construcción que, por regla general, además carecía de estudios.

“Eso ha cambiado. La crisis ha hecho que las empresas y los empresarios del sector se profesionalicen más. Le explico. Hemos pasado del empresario hecho a sí mismo al tipo proactivo, que sale a buscar al cliente y que se ha ido adaptando académicamente y tecnológicamente a la sociedad actual. Y ahora estamos mucho más preparados y listos para trabajar. Una buena parte del nuevo empleo que se puede generar en el sector dependerá del fomento de las actividades de reforma, mantenimiento, rehabilitación y conservación. Y ahí es donde, contestando a su pregunta, el Gobierno tiene un papel fundamental, porque en Canarias se hacen infraestructuras, se inauguran, pero no se les hace un seguimiento. En Europa o Estados Unidos, por ejemplo, el porcentaje de construcciones no residenciales, es decir, hospitales, oficinas, escuelas, hoteles… supone el 32% del sector, le sigue con el 28% la rehabilitación, con el 22%, las obras de ingeniería civil, es decir carreteras, puentes, túneles, suministro de aguas, etc., y el 18% del sector son viviendas de nueva construcción. En España los porcentajes son al revés”.

-Intuyo por sus palabras que no se han sentido apoyados por el Gobierno canario durante estos duros años de crisis.

“Hay que tener en cuenta que al ser año electoral se ha aumentado algo la licitación pública, pero hemos estado mantenidos por la inversión privada. Aún así, en Tenerife ya tenemos experiencia en no ser prioritarios. Mientras en otras islas hay inauguraciones, en esta brillan por su ausencia. Tenerife ha quedado muy rezagada en su dotación de infraestructuras, lastrando su desarrollo y crecimiento económico. Nunca ha sido prioritaria ni para el Gobierno central ni para el canario. Al final, haber tenido presidentes de Tenerife, lejos de beneficiarnos, lo que ha hecho es perjudicarnos”.

-¿Y cómo es eso?

“Lo típico: no voy a hacer mucho en Tenerife para que el resto de islas no se nos echen encima, pero al final se acaba el dinero, y vuelta a esperar”.

-Suena insularista.

“No soy nada insularista, pero lo que le digo es cierto. No tiene más que comprobar las inauguraciones que ha habido en la Isla de obra pública. Cero. Y la excusa siempre es la misma: Madrid. Mire, le pongo un ejemplo, lo que está ocurriendo en el Norte de la Isla, concretamente en el Puerto de la Cruz, es terrible. Los planes de modernización turística siguen parados, y se les ha dado prioridad a los de Las Palmas, Lanzarote o Fuerteventura. Una ciudad que ha sido el eje turístico del Norte durante años y el Gobierno ha sido incapaz de acometer las obras. El cierre del anillo insular es fundamental para el desarrollo de la Isla. Su construcción no solo beneficiará al empleo y supondrá un ahorro, sino que además servirá para la cohesión social de las familias, al no tener que vivir separados. Tenerife no puede vivir dividida territorialmente entre Sur, Norte y zona metropolitana. Esto nos debilita. ¡Ah!, y me queda la ampliación de la TF-5, la terminal del aeropuerto del Sur, el puerto de Granadilla, el impulso a las ITE, así como el mantenimiento de la red viaria, que se ha degradado por la falta de inversión”.

-¿Donde está la solución al problema de la construcción?

“Se lo dije antes. En el impulso de la obra pública, si no de nueva construcción, al menos en el mantenimiento y rehabilitación de las mismas. ¿O es que no hay colegios, centros de mayores, carreteras o edificios públicos que arreglar? Mire, al final, no es una cuestión de economía sino de seguridad de las personas. Además, tenga en cuenta que la rehabilitación no solo incide en la seguridad y en la calidad de vida, sino que revaloriza el inmueble. Este es el camino. Y los ayuntamientos, en el caso de las ITE, tienen que ponerse las pilas, porque hay barrios, por ejemplo El Toscal, en Santa Cruz, donde es un peligro casi caminar allí por la situación en la que se encuentra. Mire, los políticos tienen que dejarse de rifirrafes partidistas y ponerse a trabajar. Y le digo una cosa, el desarrollo económico de Canarias dependerá de la responsabilidad de los legisladores para desenmarañar la odisea normativa a la que nos tenemos que enfrentar los ciudadanos. El Gobierno tiene que legislar para simplificar, porque lo que está provocando es una enorme inseguridad jurídica que ahuyenta a las inversiones que crean puestos de trabajo. El Parlamento tiene que tomar conciencia de esto”.

-¿Cuánto puede tardar un proyecto sin muchas complicaciones en iniciarse?

“De cinco a seis años, y una licencia de obra menor, ocho meses de media. Una auténtica locura. Estamos empezando a arrancar de nuevo. Muy lentos, pero de manera sostenida en el tiempo. El crédito bancario ha vuelto. Fepeco tiene acuerdos con CaixaBank y Cajasiete, lo que ha favorecido las operaciones de compra venta de viviendas y pequeñas obras de reforma. Si es que al final, lo que pedimos es que nos dejen trabajar”.