Ayer miércoles, por la mañana, a través del WhatsApp de Cáritas La Laguna me comunicaban que el bueno de don Diego Rodríguez se encontraba algo peor de su recaída y que se nos invitaba a orar por él. El padre Diego ha sido párroco de San Benito y responsable de Cáritas Arciprestal de La Laguna, entre otras muchas responsabilidades y cargos, que ahora no viene al caso nombrar, porque a este buen hombre humilde no le gustaba enumerar los galones, sino buscar soluciones y nuevos caminos para los problemas de los demás. La cuestión es que horas después una buena amiga de don Diego y de quien suscribe, Ana Orán, me decía que él es fuerte, por lo que su fe y fortaleza, lo llevarían a salir adelante.

Es la seguridad que tenemos en que los fuertes de corazón y grandes en amor siempre estarán aquí. Eso es lo que nos anima a saber que Dios lo ha elegido, al padre Diego, ahora, para estar más cerca de Él, lo ha llamado a subir a la casa del Padre para allí seguir trabajando por los demás. He tenido la gran suerte de encontrar a don Diego en este camino de la fe. Una fe vivida, porque con Diego Carmelo la fe se vivía siempre desde el día a día y pensando en el prójimo. Con la convicción de Cristo, fijarte siempre en el que más te necesita. Con el hasta luego del padre Diego me pasó igual que en febrero con la marcha del padre Fernando Pérez. Son hombres de Dios buenos, que dejan marca y querrías tenerlos siempre contigo. Yo soy feliz porque don Diego, igual que don Fernando, siguen estando aquí, siendo reflejo de Jesús mismo. Un abrazo, padre Diego.