En las pasadas elecciones europeas redacté un artículo de opinión en donde ponía de manifiesto la ausencia de los asuntos canarios en los programas electorales de los grandes partidos políticos nacionales, básicamente los del PP y PSOE, aunque también deben incluir en este paquete a Izquierda Unida. Cuando se les preguntaba por esta ausencia -este “detalle”- a los respectivos candidatos, respondían que ya estaba en manos del equipo redactor la elaboración de un “anexo” en el que se incluirían los temas específicos que afectaban a Canarias. Huelga comentar que nunca me hicieron llegar ese anexo y los aspirantes a los que afeaba el discurso repetían, cual mantra sagrado, todo lo que le apuntaban en los argumentarios remitidos disciplinariamente desde Génova y Ferraz. En los próximos comicios del 24 de mayo tenemos la novedad de dos partidos políticos a los que se les conoce popularmente como “partidos emergentes”, por el notable apoyo popular que tienen si nos atenemos a lo que aparece reflejado en todas las encuestas. Estas nuevas organizaciones presentan la particularidad de que sus sedes centrales están localizadas en Madrid (Podemos) y Barcelona (Ciudadanos). Digan lo que digan sus dirigentes, a nadie se le oculta que tanto Podemos como Ciudadanos son organizaciones fuertemente centralistas -hipercentralistas diría yo- que desarrollan gran parte de su agenda política en base a gestos mediáticos y debates en la red y televisión. Esa ha sido la estrategia para crecer en popularidad, además de articular discursos de buenos y malos que tan buen resultado les está generando. Ahora bien, todos los que estamos en política y tenemos responsabilidad de gobierno conocemos de sobra que las ideas hay que plasmarlas en documentos y en programas, que definan -a su vez- acciones concretas donde las iniciativas a tomar tengan nombre y apellidos presupuestarios. Encontrar algo de esto en los discursos políticos de Podemos y Ciudadanos está siendo harto difícil. También está siendo muy difícil encontrar propuestas concretas a sus candidatos en Canarias, los que aspiran -por ejemplo- a gobernar el Cabildo de Tenerife y los municipios de Santa Cruz y La Laguna. Tengo la impresión de que desean pasar desapercibidos aprovechando el tirón de la “marca nacional” y de esta forma salir precipitados a las instituciones sin más bagaje que un eslogan adolescente y simplón. Si esa es la nueva política, apaga la luz y cierra la puerta porque tenemos un problema. Estamos en una situación muy complicada, quizás la más difícil desde los años de la Transición. Desde el punto de vista social y económico no voy a repetir lo que ya saben de sobra y, desde luego, lo único que no hace falta en estos momentos son soluciones demagógicas de tres al cuarto que nos precipiten al abismo por incompetencia e improvisación de los nuevos equipos dirigentes. Estos partidos emergentes han generado mucha ilusión y no les oculto que también han aportado frescura a un panorama donde los partidos nacionales han dado muestras de cansancio y agotamiento. Pero atentos a quién le damos la confianza en las urnas, no entremos en Guatepeor.
Tengo verdadera curiosidad por leer los anexos que esta gente le dedica a Canarias, las recetas y las soluciones que proponen para paliar los serios problemas que nos aquejan. Esperaré con curiosidad y paciencia y lo comentaremos entre todos.
*Consejera de CC en el Cabildo de Tenerife