claroscuro >

Periodismo contra la gente – Por Saray Encinoso

Si uno ve lo que la gente favorece en los medios, las listas de lo más leído, se mata, se dedica a la noble profesión de la peluquería, la carnicería o los asaltos a bancos, pero deja esta tontería. Yo creo cada vez más que hay que hacer periodismo contra la gente”. La recomendación es de Martín Caparrós, periodista y escritor argentino que no necesita, ni quiere, ser políticamente correcto: empezó a trabajar en una redacción de Buenos Aires, dentro de una sección que estaba a cargo de Rodolfo Walsh, hace más de cuarenta años, pero la dictadura argentina lo obligó a exiliarse en París y acabó graduándose en Historia en La Sorbona. Ahora vive en Barcelona, aunque también lo ha hecho en ciudades como Madrid o Nueva York. En cada una de ellas se ha dedicado a lo mismo: a intentar entender, a través del ensayo o la ficción, lo que ocurre en el mundo. Y, de paso, a explicárselo a sus lectores.

Su último libro, El Hambre, es un ensayo repleto de historias de personas que no se alimentan como debieran, pero también un listado de razones, culturales e históricas, para comprender por qué ocurre. Para este trabajo, Caparrós contó con el apoyo de la Agencia Española para la Cooperación Internacional y el Desarrollo (Aecid), pero no es habitual que un proyecto como el suyo encuentre financiación. El argentino cuenta, a través de más de 600 páginas, centenares de experiencias -admite que no le gusta desechar nada-, pero para unas pocas, al final, no hay espacio. Muchas veces, explicaba hace unos días en una visita a Tenerife, uno va detrás de una historia sin saber si alguna editorial o algún diario querrá publicarlo luego. Es la misma sensación de impotencia que sufren los freelance que van a cubrir un conflicto poco mediático.

El corresponsal de guerra Ramón Lobo, que estuvo presente en otra jornada de este encuentro, habló, igual que Caparrós, de eso que nunca se publica o que no tiene tanta repercusión como se quisiera, pero que uno puede guardarse para sí mismo. “Algunos compañeros se quejan de que sus jefes no les piden determinados temas. Yo siempre les digo: denles lo que quieren y luego inténtenlo con el resto. De cualquier forma, estoy convencido de que esta profesión tiene una parte muy importante de satisfacción personal”. El periodismo no es el mejor oficio del mundo, es un oficio que, unos pocos, ejercen con entusiasmo vocacional, pero que no se debería practicar si somos incapaces de encontrar esa recompensa.
@sarayencinoso