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El Iberostar Tenerife se lleva el derbi (71-68)

Nico Richotti penetra en la zona rival ante Tavares y Kuric. / FRAN PALLERO
Nico Richotti penetra en la zona rival ante Tavares y Kuric. / FRAN PALLERO

JOSÉ ANTONIO FELIPE | Santa Cruz de Tenerife

Hay vida y esperanza. El Iberostar Tenerife seguirá peleando por los play-off después de ganar a la heroica al Herbalife Gran Canaria, en un partido quizás falto de calidad, compensada con una intensidad y ambición máxima. Los de Alejandro Martínez se ganaron el derecho a seguir soñando, que no es poco, a pelear por el título de campeón.

El primer cuarto estuvo marcado por la tensión de ambos conjuntos, plasmada en que, por momentos, se precipitaban en las acciones ofensivas. Dentro de esa tensión el Gran Canaria parecía más acertado, cargando mejor el rebote tras los lanzamientos fallados.

De ese modo, siendo rápidos en la transición, los visitantes lograron la primera ventaja (7-11) gracias a su mayor velocidad, pero el Iberostar Tenerife sabría reponerse para, a base de mucha casta, igualar la situación. Tras cada amenaza del Granca por marcharse en el marcador, el Canarias volvía a presionar a su rival, logrando, gracias a un triple de Saúl, acabar el cuarto con victoria (17-16).

Los locales parecieron más intensos que su rival en el inicio del segundo parcial. Cuando Tavares no estuvo en pista los de alejandro Martínez supieron aprovechar dicha situación, sintiéndose más cómodos. Así, Sekulic con un mate sensacional puso a los suyos por delante en el marcador hasta que Báez volvía a llevar la igualdad (24-24).

El Granca, que fallaba más, seguía encomendándose a su rebote ofensivo, más poderoso que el canarista, pero con eso valía a los de García Reneses para estar en partido.
Al descanso se llegaría con 30-32. Calidad, muy poca, emoción e intensidad, toda, la misma que esperaba en la segunda parte.

La cuarta falta personal de Tavares, con 16 minutos por jugarse y con 36-39 en el marcador, podía condicionar el duelo., pero los locales no aprovecharon demasiado esa situación. En cambio los grancanarios parecían más fluidos en ataque, con una circulación de balón mejor, lo que obligaba a Alejandro Martínez a parar el encuentro con 40-43 con tres minutos de cuarto por jugarse.

El tiempo no surtiría efecto porque los de García Reneses llegarían a tener su mayor ventaja en el electrónico (41-48). Un error entre Lampropoulos y Blanco, aprovechada por Newley, además de un triple de Oliver empezaban a poner las cosas cuesta arriba.

Los amarillos seguirían dando muestras de mejora cerrando el cuarto con 45-50 habiendo anotado 18 puntos, su mejor marca desde el inicio de un encuentro que seguía sumamente igualado, pero que parecía empezar a decantarse del lado grancanario.

Newley inauguraría el marcador de los suyos con una bandeja fácil a la que seguiría, algo después, un triple de Oliver que volvía a situar la máxima diferencia en ocho puntos (47-55). La reacción local no se haría esperar haciendo lo que mejor se le da: correr. Un parcial de 9-0 cambiaría todo llevando el duelo a un 56-55 que volvía a demostrar una máxima: el Canarias nunca se rinde.

Aíto paró el partido. Solo un minuto después Walter Tavares cometería su quinta personal, teniendo los amarillos que jugar sin él durante los últimos dos minutos. Ahí llegó el delirio aurinegro. Un triple de Nico Richotti pondría las cosas en 67-64 para, en el carrusel final de tiros libres, los de Alejandro Martínez demostrar, una vez más, que a competitivos y a poner alma nadie les gana. El domingo, ante Valencia, el Santiago Martín deberá volver a jugar como lo logró hacer ayer.