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Saúl Blanco trató de dar oxígeno a los suyos, pero no tuvo éxito. / ACB MEDIA

ACAN | San Sebastián

El Iberostar Tenerife rozó ayer con la yema de los dedos una victoria que le hubiera lanzado de lleno a la lucha por disputar los play-off por el título de Liga Endesa, al caer por un solo punto en un encuentro que tenía dominado a pocos minutos del final.

A la espera de disputar el aplazado derbi canario, los de Alejandro Martínez salieron derrotados en el cara o cruz final de la prórroga frente a un Gipuzkoa Basket que se jugaba el ser o no ser ACB. Fue precisamente ese empuje el que llevó a los guipuzcoanos a remontar el marcador para establecer el definitivo 77-76 con el que finalizó el encuentro en Illumbe.

Durante el último cuarto, los de Alejandro Martínez sufrieron una pájara que permitió a los locales llegar a empatar el encuentro después de haber llegado a estar 13 puntos por debajo en el marcador.

Mucho se temía en San Sebastián la visita de un Iberostar Tenerife que, aunque había descansado una semana más por el aplazamiento del derbi, llegaba a tierras vascas en un extraordinario momento de forma, habiendo superado a tres equipos play-off y con ganas de seguir sumando victorias en este último tramo de la fase regular de la máxima competición liguera de baloncesto español.

El Gipuzkoa Basket, por su parte, afrontaba el choque en un mar de dudas y con unas excesivas dosis de ansiedad por tratar de acercarse a la permanencia en Liga Endesa. Desde la salida de Taquan Dean, acumulaban los vascos una racha de seis derrotas consecutivas y uno de sus principales jugadores exteriores, Dani Díez, apenas había entrenado por problemas físicos. Tras un salto inicial que conseguía el conjunto donostiarra, el arranque fue totalmente para los jugadores azules. Más enchufados y con una gran defensa que se convertía en un muro para los tinerfeños, los pupilos de Jaume Ponsarnau consiguieron ponerse 9-0 en el marcador, con Doblas como referencia interior y Díez, Grimau y Jordan como estiletes exteriores. Poco representativo sería ese amplio margen inicial, pues el marcador todavía iba a dar muchas vueltas.

El panorama, sin embargo, cambió tras el tiempo muerto solicitado por el técnico visitante Alejandro Martínez. A partir de un triple de Levi Rost, los amarillos igualaron el electrónico, aunque el GBC conseguía finalmente acabar por delante el primer cuarto del choque (24-18).

Antes del inicio del encuentro se guardó un minuto de silencio por las víctimas del terremoto de Nepal. / ACB MEDIA
Antes del inicio del encuentro se guardó un minuto de silencio por las víctimas del terremoto de Nepal. / ACB MEDIA

En el segundo acto, el dominio pasó a un Iberostar que, con un juego mucho más dinámico tanto en ataque como en defensa y aprovechando su mejor rotación de banquillo, llegaba al descanso con una ventaja de 4 puntos (35-39).

La dirección del navarro Ricardo Úriz, ex capitán del GBC que regresaba a la que fue su casa entre 2005 y 2011, mantuvo a Iberostar Tenerife con ventaja también durante el tercer cuarto. Una manga que concluyó con una ventaja de 8 puntos para los visitantes (58-59).

El guión se mantuvo de la misma forma hasta mediado el último cuarto e incluso tras un triple de Saúl Blanco. Ahí, Tenerife se puso once por delante (55-66) y el partido parecía decantado. Sin embargo, los locales, apoyados por sus aficionados y con mucho arrojo en las disputas, volvieron a entrar en el partido hasta el punto de forzar la prórroga en la que conseguirían llevarse el gato al agua.

El misterio del resultado siguió hasta los últimos segundos del partido, cuando el local Jared Jordan anotaba el 77-76 a cinco segundos del desenlace. El Iberostar Tenerife tuvo balón de ataque, pero no conseguía encestar esa última posesión y tenía que regresar a las Islas de vacío.