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‘Soñando en colores’, de Jordi Isern, en el Círculo de Amistad – Por Joaquín Castro

Soñando en colores es el título que el pintor Jordi Isern le ha dado a su exposición en Tenerife, que se puede visitar desde el pasado día 12 en la sala de arte del Círculo de Amistad XII de Enero y hasta el 26 de este mes.

En el lujoso catálogo a propósito de esta exposición podemos ver la diversidad de temas a todo color que le han inspirado: una mañana luminosa en el Roque de las Bodegas, con la sin par belleza de Anaga, así como las plantas y turquesas que vio en San Juan de la Rambla, con su islote hermanado con Garachico; los esbeltos y elegantes tajinastes rojos en la caldera teideana; la jacarandas del Parque García Sanabria y su transparencia en el estanque. Para el artista, un amanecer azul en el pulmón de nuestra capital. La villa mariana en un atardecer poético, donde el mar y la torre de la basílica toman protagonismos. Junto a los paisajes de nuestra isla, no olvida el majestuoso verano con la diversidad de verdes en el Valle de Bas de Gerona.

El colorista catálogo, hablando de su obra y de sus investigaciones, apostilla que la campiña tinerfeña, los tajinastes, el Teide y las bellas panorámicas tinerfeñas le han servido a Jordi Isern para regalarnos estos cuadros donde derrocha no solo sensibilidad, sino un profundo conocimiento técnico de lo que nos quiere decir. Ha visto con sus ojos de artista los rojos de los teideanos tajinastes, los atardeceres en los valles laguneros, tierras rojas y ocres de las rocas circundantes. Son los momentos estelares que Jordi experimenta y, con el pensamiento y sentimiento que a la vez posee, le llevan a hacer vivirlos en sus telas. No puede olvidar los entornos pirenaicos, ni las llanuras cercanas a los ríos, ni las masías de su tierra que limitan en un horizonte lejano, que forman parte de sus soportes que vemos en los últimos trabajos y colecciones.

En los paisajes, Jordi Isern juega con los efectos impresionistas del color para ofrecernos su realismo con la voluntad de evolución, captando la realidad de la naturaleza. Su destreza le permite dibujar con la mancha, entregándonos una visión artística de unos paisajes aptos para un colorista como es este pintor.

Frente a la emoción creadora de Jordi Isern se alza su personalidad. Y así sus óleos llevan la impronta de la realidad, se abren hacia el infinito, imagen del color matizado en gamas, centrándose, como buen pintor, en la composición, vistiendo sus telas de momentos bien realizados.

Su obra es técnicamente segura, donde los paisajes rezuman vida, y que comunican al espectador, parece estar dentro de ellos. Es Isern un pintor exigente con su obra, siempre buscando la luz como su primer imperativo. Le place plasmar los mejores rincones que aparecen ante su vista, lo que va descubriendo en su andar por la vida. Sus cuadros son de carácter humano, nacidos de suavidades, de sus inspiraciones ante las panorámicas que le brinda la naturaleza. En cada obra sitúa los elementos juntos y suficientes para conseguir ser sincero, intimista y comunicativo.