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Stop – Por César Martín

Relájate. Destensa la mandíbula y respira un poco. Bájame el labio, que dicen por aquí y no cojas nervios. Vives a toda prisa sin sentir nada y te va a dar un algo, un jamacuco, un yeyo o vete tú a saber. Mira que te lo tengo dicho, afloja, que no eres para siempre, pero nada, erre que erre con lo mismo. El trabajo te absorbe como el peor de los amantes, posesivo y tirano, machacándote desde las entrañas al último poro de tu piel. Sí, cierto, amas lo que haces, no negaré ese punto de pasión que pones en cada esfuerzo, en cada intento de progresar y triunfar, pero claro, ¿a costa de qué, compañero? Ya no tienes veinte años, las primaveras más frescas han quedado atrás, ahora cuesta más llegar al verano lleno de plenitud. Antes podías con todo porque tenías la fuerza de la juventud; hoy también resuelves lo que se te ponga por delante, pero es tan sólo el espíritu el que empuja, dejando a un lado los achaques, los dolores y el cansancio. Cuidado, amigo, te lo ruego, que todo tiene un precio. Quizás, cuando menos lo esperes suceda algo irremediable, algo que pare en seco todo lo que haces, cosas de esas que, sin opción a elegir, hacen que el mundo se detenga para ti y tengas que bajarte. También podría ser peor, que no quiero ser yo el agorero, pero esto es real y lo que tiene la realidad es eso, que las cosas pasan y la parca llega un día, a veces sin avisar… Trata de buscar tus momentos, dejar un rato para ser, sentir y vivir, para volver a perder la mirada entre la verticalidad del azul celeste y la profundidad abisal del añil más oscuro.

En los detalles más nimios encontrarás las claves. Igual no te has fijado en el poder de la leve brisa en tu cara, de una caricia piel contra piel o el de una mirada furtiva. Vuelve al origen, querido. No te ahogues en el dolor de la vida que no fue; no te escondas detrás de la actividad frenética. Despierta. Redescubre la esencia de quien eres, rasca hasta el fondo para quedarte solo con lo auténtico. Usa la pausa como punto de apoyo para seguir buscando nuevos amaneceres con sentido pleno; refugios donde el corazón sane las sacudidas más tremendas. Ánimo, bro, no lo dejes para mañana. Tu tiempo es hoy.

@cesarmg78