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Vivir el Heliodoro – Por Javier Rabanal

No es tarea fácil en los tiempos que corren llevar a la familia al estadio. Suponiendo que vaya una pareja con uno o dos hijos, el coste puede alejarse del bolsillo de la mayoría de familias. No obstante los precios de esta jornada permitían una visita, y más aún tratándose de poder llevar a un niño por primera vez a ver un partido profesional en directo. La cara, un poema.

El ambiente no era malo aunque la organización de la seguridad deje mucho que desear. Si como es mi caso te sitúas en la parte baja y encima tienes a uno de los clubes invitados encima, no pararán de lloverte pipas y restos durante todo el encuentro. Muchas quejas de la gente y poca acción por parte del miembro de la seguridad privada. No creo que sea tan difícil hablar por la emisora y enviar a alguien que le explique al monitor de esos niños que su gracia no es graciosa sino todo lo contrario.

Hablando del equipo, me viene a la mente que el trabajo de los entrenadores y su honradez está fuera de toda duda. Cervera y Roberto, con la ayuda de Guille, fueron consecuentes con su responsabilidad y nunca eludieron sus cometidos. Agné y su grupo de trabajo tampoco.

No conozco al entrenador blanquiazul, pero sí a la persona que tiene a su lado. Más de una vez he oído comentarios maliciosos que insinúan que Fabián, de apellido Rivero, ha entrenado por su hermano Sesé, de apellido también Rivero. Estos comentarios, gracias a Dios, contrastan con los de jugadores del Tenerife B, Lanzarote o Mensajero, que hablan de la capacidad indudable de un técnico llamado al profesionalismo desde sus inicios. Una garantía. Dicho esto puedo volver una semana atrás para decir que los resultados son responsabilidad de los jugadores y que ha llegado la hora de sacar esto adelante. Si en el banquillo está Cervera, Agné o Ancelotti, es lo de menos, ya que el equipo juega, genera pero no remata. Al entrenador sólo un pero en su discurso: la excusa de la acción en la que Vitolo se queda sólo cerrando una contra es algo pobre, aunque supongo que en la intimidad del vestuario lo explicará de otra manera.

Al final, reparto de puntos y, al igual que con el Llagostera, un nuevo portero aparece en la lista de Vicente del Bosque, en este caso José Juan. Curioso lo de este portero zurdo en el golpeo y antiestético hasta aburrir. Intentó jugar todas y cada una de las pelotas más o menos afortunadas que le pasaron (en algún caso lanzaron) sus compañeros. Cometió un solo error y rifó apenas alguna más. Interesante.