el cráter>

Cascadas – Por Juan Carlos García

Caminábamos por el sendero que recorre el lecho del barranco. Salvábamos los recodos del angosto itinerario vadeando el cauce de agua, en unas ocasiones, y saltando de piedra en piedra, en otras. En algunos tramos del camino una frondosa vegetación nos reguardaba de los rayos de sol. Al llegar a la cabecera del barranco, allí estaba la cascada. Bajo ella nos refrescábamos. Como la vida misma. Como la política misma. El infierno se trocaba en cielo. Hace más de 25 años. Desde hace un mes, las restricciones de espacio y de tiempo, junto al cemento introducido, han desvirtuado, en cierta medida, el barranco del Infierno. Como la vida misma. Como la política misma. Es esta política canaria la que se ha encargado de alojar en sus particulares barrancos el término “cascada”. Lo que algunos políticos defienden, pactos en cascada, otros, simplemente, lo ignoran. Pactos en cascada, que una gran mayoría de electores del 24M detesta. Desde otro barranco del infierno llegan los ecos del FMI que insta a España a que agigante las cascadas de reformas y de despidos. En estos días de renuncias en cascada, de exámenes en cascada, de éxitos en cascada, de lamentos en cascada, también anidan las felicitaciones en cascada por el título otorgado al macizo de Anaga como Reserva Mundial de la Biosfera. Felicitaciones en cascada por algún que otro cumpleaños, que se agradece. Críticas en cascada por alguna que otra actuación, que también se agradece. Pero la cascada se torna estrepitosa, en ocasiones. Cuando la caída del agua en un curso fluvial presenta mayores magnitudes se conoce como cataratas en lugar de cascadas. Así que tanto por el número de acuerdos de gobierno previstos entre partidos como por su importancia para la población se podría hablar de cataratas de pactos. También se conoce como cataratas a una afección ocular. Como en esta alteración de la vista, en las cataratas de pactos políticos que se adivinan también se generan problemas para apreciar los colores, cambios de contraste y diversas actividades cotidianas. Como en la vista, con cataratas políticas la luz se dispersa, se pierde el enfoque y se crean imágenes difusas. Es necesaria una cirugía minuciosa que evite la ceguera.