POLÍTICA > LA CRÓNICA DE LA SEMANA

CC y el PSOE cambian los muebles de sitio para seguir juntos

En el acuerdo para la gobernación firmado por CC y el PSOE figura una cláusula secreta: el Ejecutivo de Canarias creará una red regional de psicólogos especialistas en rupturas de pactos. Nunca lo reconocerán públicamente, porque oficialmente no hay conflictos insalvables. Los incumplimientos en Santa Cruz, el Puerto de la Cruz y otros municipios de Tenerife, fundamentalmente, son en realidad hologramas. Como en el universo de Matrix, se pueden revertir en cualquier momento.

Se ha demostrado por la vía de los hechos consumados que la democracia vertical, en la que se decide de arriba abajo, queda lejos de ser perfecta. Tanto hablar de la centralidad y se olvidan de la horizontalidad. El flamante presidente del Cabildo tinerfeño, Carlos Alonso, busca el equilibrio y encuentra alteraciones nerviosas. José Manuel Bermúdez tampoco se calla y se muda de habitación para no extraviar las llaves de la Casa de los Dragos. Al alcalde chicharrero no le asustan los dragones.

En las camas redondas de la política, todo va bien hasta que las posturas provocan contracturas en la moral o en una cervical. Luego se quejan de que no los dejan entrar en un club de intercambio de parejas con una muñeca hinchable. La frustración por un pinchazo es un gatillazo emocional. El viernes, las delegaciones que negociaban la separación de bienes salieron sonrientes, visiblemente satisfechas, de un hotel, el Iberia, de Las Palmas de Gran Canaria. “Habemus pactum”, proclamó Francisco urbi et orbi. Hernández Spínola, por supuesto. En virtud de la encíclica bilateral, los nacionalistas gestionarán seis consejerías, además de la presidencia del Gobierno; en tanto que los socialistas asumen la custodia de cuatro áreas, la vicepresidencia y la presidencia del Parlamento. Respecto de los cuatro años precedentes, CC afianza el control de la economía y el PSOE gana influencia en los asuntos sociales. Era lo que querían Fernando Clavijo y Patricia Hernández.