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CC se quita de encima dos áreas que traen de cabeza al Ejecutivo

Patricia Hernández comparece ante la prensa durante una visita en el marco de la campaña electoral. / DA
Patricia Hernández comparece ante la prensa durante una visita en el marco de la campaña electoral. / DA

DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife

Patricia Hernández se aferra a la S del PSOE y Fernando Clavijo le presta una C de Coalición Canaria para que se balancee. Dos semanas y media después de las elecciones autonómicas, la candidata a vicepresidenta no desiste en su empeño por controlar Sanidad y Políticas Sociales, dos áreas sensibles que han traído de cabeza a los socios del bipartito gobernante. Especialmente hirientes han sido las tensiones dentro de CC entre afines a Paulino Rivero, de un lado, y a Fernando Clavijo, del otro.

“No hace lo que dice”, espetó José Miguel Ruano en un rifirrafe mediático con Inés Rojas a cuenta de un lapsus de la consejera en una sesión parlamentaria. Rojas aseguró entonces que estaba “en contacto” con Gregorio Chil y Naranjo, fundador del Museo Canario y fallecido hace 113 años. Lo peor es “mentir sobre la financiación”, enfatizó el presidente del Grupo Nacionalista. No solo como responsable de Cultura le llovieron reproches desde la órbita del Ejecutivo. La gestión de Inés Rojas en los asuntos sociales atormentó a muchos de sus compañeros. Los rayos de la Prestación Canaria de Inserción (PCI) y Dependencia fulminaron su prestigio. Al final la dieron por desahuciada. Pese a que los servicios jurídicos de la Comunidad Autónoma y el Consejo Consultivo advirtieron de las “similitudes” con la Ley de Vivienda de Andalucía, anulada ahora por el Tribunal Constitucional, la tramitación de la normativa canaria siguió adelante. Lleva el camino del proyecto impulsado por la Junta.

Ante la mesa del Consejo de Gobierno se sentaron el hambre y las ganas de comer. Tanto Inés Rojas como Brígida Mendoza (Sanidad) se lo pusieron en bandeja a la oposición.
Conscientes de la gravedad de la dolencia, Clavijo y Hernández se curan salud. Ambos llevan en cartera una ley de Servicios Sociales. Estará “redactada con más criterios profesionales y menos políticos” (CC), “sin discriminación por razones de sexo, estado, ideología o creencia” (PSOE).

Patricia Hernández no se conforma con ejercer de auxiliar técnica sanitaria. Quiere que el PSOE lidere “los cambios en la gestión pública que la ciudadanía demanda”. Uno de sus objetivos será “restablecer los derechos conquistados, la reforma de las pensiones, la ley de dependencia, la lucha contra la pobreza y la exclusión social”.

Tal como se lee en el programa socialista, la desvinculación de la PCI a la disponibilidad de fondos “obliga” a la Administración a contar con el presupuesto suficiente para atender la demanda de las personas que cumplan los requisitos: que se encuentran en situación de pobreza o en “circunstancias de riesgo que les impiden ver satisfechas sus necesidades básicas tras haber agotado las ayudas”.

En la misma dirección, CC defiende un incremento de la renta mínima de inserción. La idea es que las personas acogidas a ese derecho no tengan que esperar meses debido a “la saturación de expedientes, la complejidad de los procedimientos y las carencias presupuestarias”.

Coincidentes en “humanizar” los servicios sociales, Clavijo cree que hay que “descentralizar” la prestación, en las corporaciones locales e insulares, y Hernández propone un “catálogo único” regional. El compromiso es cumplir lo que se promete.ete.