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El CD Tenerife vence al Betis y estará en la Liga Adelante la próxima temporada

Ifrán, Suso y Vitolo celebran el 2-0. / SERGIO MÉNDEZ
Ifrán, Suso y Vitolo celebran el 2-0. / SERGIO MÉNDEZ

MARTÍN – TRAVIESO | Santa Cruz de Tenerife

Fin a la pesadilla, a la angustia y a una temporada nefasta, que pasará a la historia por lo que pudo ser y el horror en el que al final se convirtió. El CD Tenerife alcanzó, por fin, el objetivo secundario del curso, una meta que se le resistió hasta la penúltima jornada. Un gol de Suso y otro de Diego Ifrán, ambos en la segunda parte, sellaron una peleada y sufrida permanencia. Los blanquiazules garantizaron su presencia el próximo curso en la categoría de plata.

El Betis, equipo de Primera desde la pasada jornada, viajó a la Isla a pelear por el triunfo y presentó batalla especialmente en la primera parte, donde demostró que su potencial y calidad son mucho mayores que los de su rival. No obstante, al final se impuso el único que de verdad lo necesitaba y el mejor bético fue su portero, quien salvó a su equipo de unos cuantos goles.

Sin Maxi, pero con Omar en el once inicial, el Tenerife arrancó el duelo algo nervioso, atenazado. El Betis no se jugaba nada y con un equipo plagado de los menos habituales, puso el fútbol sobre el terreno de juego.

La primera oportunidad no llegó hasta que se superaron los 20 primeros minutos de juego. Moyano, uno de los mejores ayer de su equipo, probó desde lejos al meta adversario, quien no pudo atrapar el balón en el primer intento. Lo agarró a la segunda, pero se avalanzó sobre él Diego Ifrán, que a la desesperada intentó, sin fortuna, arrebatarle el esférico. Fue el primer susto para el meta sevillano.

En la acción siguiente todos los jugadores locales pidieron penalti por una mano de un defensor dentro del área tras una falta que ejecutó Suso. Ni el colegiado ni el asistente apreciaron la infracción, que igualmente reclamó con desesperación la afición tinerfeña, que ayer dio otra lección de amor por sus colores.

Omar Perdomo tuvo ayer una actuación destacada. En la segunda parte, hasta que le aguantó el físico, realizó varias internadas interesantes por el carril zurdo, pero también sobresalió por provocar que tres jugadores rivales fueran amonestados por derribarlo. El colegiado ya había señalado dos de esas cartulinas antes del minuto 28 del primer acto.
Diez minutos antes de la conclusión de la primera parte, Suso, uno de los jugadores que tras el descanso sería protagonista del duelo, galopó y galopó hasta llegar a la inmediaciones de la meta contraria. A un centro-chut casi sin ángulo respondió con acierto Dani, evitando así otra acción del Tenerife. El balón pasó entre el guante del portero y el larguero de arco de meta del Betis, levantando así a los seguidores de sus asientos. Poco más sucedió en una primera parte cargada de imprecisiones locales y buenas intenciones de un Betis que se desinfló en la segunda parte.

Llegaron los goles

El segundo round comenzó sin cambios, aunque ya durante el parón realizó ejercicios de calentamiento Juan Carlos Real, quien a la postre fue el primer cambio realizado por Agné.
En el minuto 51 volvió a aparecer en escena Omar, canterano grancanario que poco a poco va dando pasos adelante en el primer equipo blanquiazul. Fue de fuera hacia dentro para acabar disparando desde lejos y desviado.

A los 55 minutos, un error en el despeje de Piccini dejó solo dentro del área a Cristo Martín, pero el disparo del jugador de La Cuesta salió demasiado centrado. Tras esta acción, llegó el primer cambio en las filas canarias: se retiró lesionado el canterano, quien evidenciaba signos de dolor en el costado derecho, y entró Juan Carlos Real.

Justamente, el gallego fue el protagonista de una de las acciones más claras de todo el encuentro. Minuto 60. El trencilla del partido anula un gol de Ifrán, quien había roto el fuera de juego legalmente. El delantero se encaró con Dani, regateó y empujó a placer el cuero cuando Sánchez Martínez, ayudado por su asistente, ya había levantado la mano y detenido el juego. El uruguayo no se lo creía. La parroquía local tampoco. Todos temían un amargo final y que su equipo tuviera que acudir el siguiente fin de semana a Soria a jugársela.
Igualmente, la tuvo Albizua, quien recogió un balón suelto en el área para rematar con todo y obligar a Giménez a meter los puños y provocar un nuevo saque de esquina a favor de los chicharreros. El córner acabó con otro claro remate y una nueva respuesta contundente de Giménez, quien ayer parecía un muro infranqueable.

No obstante, apareció Suso en escena, quien este curso parece haber guardado sus goles para marcarlos en los partidos decisivos de la temporada. Hizo dos fundamentales ante el Sabadell y ayer se encargó de hacer saltar por los aires el cerrojo verdiblanco.

Una triangulación entre Suso Santana, Juan Carlos e Ifrán con la defensa adversaria adelantada, dejó al capitán blanquiazul y al punta charrúa libres de marca y cara a cara con Dani. Ifrán dudó una milésima de segundo pensando que el asistente invalidaría la acción, pero no fue así y pudo cederle el balón al de Taco, que con toda la portería a su antojo, remató una faena que subió al marcador en forma de 1-0. El Heliodoro saltó de alegría y de emoción. El final de la pesadilla estaba un poco más cerca.

Reaccionó casi de inmediato el Real Betis y estuvo cerca de empatar, pero el remate de Jorge Molina, que acababa de entrar en el campo, se paseó por delante de la portería de Dani Hernández.
Pero no quería liarse más el Tenerife, que bastante lo ha hecho ya durante la temporada. Optó por cerrar el partido con otro gol, esta vez del pichichi de la campaña: Diego Ifrán. A falta de diez minutos, una acción por la derecha del de siempre, de Suso, se transformó en un balón que llegó al uruguayo, quien remató de primeras, el balón se estrelló en el palo y la estirada de Dani Giménez no evitó que el balón traspasase la línea de gol. El meta sacó el esférico de dentro de la portería, provocando así algo de confusión. Pero el árbitro no dudó y dejó que el gol subiese al marcador. Era el 2-0, el de la tranquilidad definitiva.
El Heliodoro luego fue una fiesta. A la afición no le quedó más remedio que festejar la permanencia, pero no se olvidó de echar la culpa a quien cree que ha tenido la responsabilidad de que el equipo haya tenido que lograr la permanencia en la penúltima jugada. Es por eso que una parte de la grada pidió la marcha del presidente, Miguel Concepción.
Mientras, los locales hasta tuvieron la oportunidad de ampliar la ventaja, otra vez por mediación de Diego con una espectacular volea.
Los últimos minutos fueron los de la basura, hasta que el colegiado pitó el final y el Heliodoro suspiró, por fin, aliviado.