NORBERTO CHIJEB | Candelaria
“Dejo atrás 14 años inolvidables, en los que he trabajado lo mejor que he podido junto a unos compañeros maravillosos, que más que un grupo de gobierno hemos sido un club de amigos”, manifestó José Gumersindo García Trujillo en su último día como alcalde de Candelaria, tras tres mandatos y medio con el bastón de mando. “De la suma de pequeñas cosas hemos hecho una gran montaña”, destacó.
José Sindo, como se le conoce en Candelaria, se dedicó ayer a ir por todos los departamentos y concejalías del Ayuntamiento despidiéndose de sus compañeros y personal laboral, mientras recogía su siempre desordenado despacho, que desde hoy ocupará Mari Brito, la primera mujer que regirá el municipio de las 143 personas que lo han hecho desde que en 1798 se segregó de Arafo.
García regresará el lunes a su puesto de trabajo en una sucursal del BBVA en Santa Cruz, ganando casi el mismo sueldo que ha cobrado en el Consistorio, siendo uno de los alcaldes peor pagados de Tenerife.
Atrás deja 14 años de gobierno y 24 de política, en la que entró con otros compañeros que le acompañan en el adiós: Ramón Gil, Alfredo Arencibia y Domingo Ramos, el llamado núcleo fuerte del socialismo en Candelaria. Se va porque “lo tenía decidido hace cuatro años”, recuerda, y convencido de que “Mari Brito y el nuevo grupo de gobierno, con gente joven y de mediana edad, muy implicados, harán una gran labor en el municipio”, entre otras razones porque “están muy preparados, tienen una ilusión enorme” y se encontrarán un Ayuntamiento “desahogado económicamente”, recalca José Sindo, para quien el balance de su gestión “tienen que hacerlo los ciudadanos, en los que creo he dejado un montón de amigos”, aunque insistió en que han puesto “todo el esfuerzo en hacer las cosas bien, los primeros años con inversión y luego con el plan de ajuste y control del gasto hemos empezado a sanear la economía, en la que en Candelaria, a pesar de la crisis, ha crecido el comercio y no ha subido el paro”.
Y se marcha convencido de dejar un Ayuntamiento mejor del que él encontró y con la pena de no haber culminado “la playa de Punta Larga, por falta de dinero del Estado, la piscina cubierta ahora en camino y construir viviendas para alquiler”.