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En verano, mímate – Por Juan Carlos Rivero

Sin duda alguna el verano es un buen momento para echar un vistazo a tu vida bajo una visión de cambio. Esta nueva perspectiva que aporta el descanso permite que centres atención en ti. Recuerda que es bueno tener momentos para dedicarte a ti, para mirarte el ombligo, sin llegar a ser ombliguistas profesionales. Sin duda alguna el buen tiempo lo puedes dedicar a centrarte en ti, en tu cuidado personal, estamos hablando del ejercicio, que además te beneficia en todos los sentidos, aportando grandes dosis de bienestar a través de la liberación de endorfinas y los circuitos dopaminérgicos de recompensa, es decir, no solo te vas a ver mejor, sino que te vas a sentir mejor, potenciando tu autoeficacia y autoestima. Pero recuerda, ese ejercicio lo adaptas a ti, y no al revés. Te insto a que busques actividades que conecten contigo, que te permitan experimentar el disfrute, es decir en las que te comprometas.

Al principio te costará pero prueba a realizar una lista con diez cosas que te apetezca hacer, te será más fácil. Sin duda descubrirás que con alguna de ellas experimentarás una sensación de estar como en un río por el que fluyes y todo se detiene en tus manos, ahí es justamente donde has conectado con la tarea. Es bueno, ahora que dispones de algún tiempo libre y la cabeza no está tan sobrecargada de preocupaciones, que trabajes con tus pensamientos. Dice Russ Harris que nuestra mente es como una radio vieja dando el parte de noticias continuamente, lo que sucede es que te repetirá noticias negativas una y otra vez, que nos frenan, así estarás metido en bucles de pensamientos que solo giran en tu cabeza. Para ello te recomiendo por una parte que escribas un diario donde recojas tres momentos del día donde te hayas sentido feliz, y explica el por qué. A este ejercicio se le conoce con el nombre del diario de las Bendiciones. Pero además esta higiene mental de fomentar espacios de pensamientos positivos puede potenciarse escribiendo pensamientos e ideas que vayan dirigidas a generar posibilidades de disfrute, tomando así contacto con tus tareas, y planes de vida, es decir, saborea las situaciones vitales sin valorarlas, ni enjuiciarlas constantemente, cambia eso por la dedicación a agradecer las cosas buenas que te vayan sucediendo y reflexiona sobre cómo han aportado valor a tu vida, es decir, en fin, si han sumado felicidad: ¿tú sumas felicidad?

*Psicólogo y miembro de la Sociedad Española de Psicología Positiva
@jriveroperez