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La factura del Oleg Najdenov ya pasa de los 40 millones

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Todos los expertos coinciden: la gestión de la crisis por el Oleg Najdenov es un homenaje a la chapuza. Originado en un incendio en las artes de pesca del navío, la pésima respuesta del puerto de Las Palmas solo consiguió llenar de agua el barco, lo que al final terminó por hundirle. En medio, la discutible decisión de sacarlo de puerto y la más increíble de pasearlo, primero cerca de Jandía, para luego traerlo junto a Maspalomas y acabar hundiéndose en un punto clave para la pesca de las Islas. El enorme despliegue no evitó que las galletas de piche alcanzaran las costas de Gran Canaria.

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

La factura que tiene que pagar el Ministerio de Fomento a cuenta del hundimiento del Oleg Najdenov, un pesquero ruso conocido por sus capturas ilegales en aguas cercanas a África que se hundió al sur de Maspalomas, ya pasa de los 40 millones de euros.

Tal cantidad es la suma de los poco más de 10 millones de euros presupuestados para los gastos extra efectuados por Salvamento Marítimo y de los cerca de 31 millones de euros que, tal y como adelantó ayer Canary Parts, cobrará la empresa Svitzer Salvage BV a través de una adjudicación por la vía de un negociado sin publicidad, amparado legalmente por la declaración de emergencia dictada el pasado 16 de abril, justo tras el hundimiento del pesquero en cuestión.

Se da la circunstancia de que el secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez Pomar, no detalló a los periodistas el coste de la extracción del fuel que aún permanece a bordo del pecio cuando anunció el pasado miércoles cómo la empresa en cuestión iba a sacarlo a través de un llamativo sistema de campanas. Sea como fuere, hay que tener en cuenta que Fomento pasará al cobro estos 31 millones de euros a la aseguradora del pesquero, lo que garantiza un largo litigio salvo conformidad de la compañía en cuestión.

Es menester apuntar que, tal y como recordó DIARIO DE AVISOS, el entonces ministro José Blanco anunció en su día un ambicioso Plan de Salvamento Marítimo 2006-2009 que suponía un gasto superior a los 1.000 millones de euros y que incluía, entre otros promesas, la adquisición de un robot submarino como los que ahora se alquilan.