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Listas de espera y financiación, dos retos para el sistema canario

D. N. M. | Santa Cruz de Tenerife

Las listas de espera sanitarias no son una tontería. Es una “característica inherente”, según el PSOE, a los sistemas nacionales de salud; “fundamentados en lo universal, público, gratuito y de calidad”. El PP ha venido denunciando que las colas para una intervención quirúrgica crecieron el 170% en 4 años, de 3.300 a 9.000 pacientes impacientes.

Quizá sea una solución avanzar en el plan de salud mental de los políticos, pero no hay peor loco que un loquero desquiciado. Así que habrá pensar en remedios más pragmáticos.

El PSOE propone una actuación de urgencias sanitarias que estudie “las expectativas de los usuarios, que empiece desde los puntos de atención urgente de los centros de salud, que analice el papel del servicio de urgencias canario y elabore un estudio de los tiempos de respuesta de los dispositivos de transporte y los optimice”. Esa iniciativa conllevaría una ampliación de las dotaciones en tecnologías diagnósticas y la “racionalización de los recursos”. Se trataría de diseñar “mecanismos de reacción ante situaciones de alta demanda asistencial” y, al mismo tiempo, habilitar “unidades potentes de urgencia extrahospitalaria comarcales”. El PSOE patrocina una ley de plazos máximos. Coalición Canaria prescribe una terapia intensiva para aliviar la insuficiencia de plazas de hospitalización en momentos en los que ocasionalmente se desborda la demanda y afrontar “el reto de la cronicidad como consecuencia de la mayor expectativa de vida de la población”. Se compromete a disminuir las listas de consultas externas especializadas en un 10% en los dos primeros años de la novena legislatura y en un 15% al finalizar esta.

Durante la campaña electoral, el PP garantizó “un máximo de 15, 30 y 90 días de espera, respectivamente, en las listas sanitarias para realizar una prueba diagnóstica, para consulta con un especialista y para una operación quirúrgica”.

El PSOE y CC comparten habitación en lo que respecta a la reclamación de la supuesta “deuda histórica”. Pero la financiación efectiva hace compañeros de cama a Coalición y Partido Popular, que se distancian de los socialistas en cuanto al nivel de implicación del sector empresarial. Al PSOE le desconciertan los conciertos con los centros privados.