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Nuevos tiempos – Por Rafael Lutzardo

Una vez concluidas las elecciones autonómicas en España, comienza una nueva etapa en la vida política española. Los pactos son los grandes protagonistas de la democracia del estado español. Las quinielas autonómicas del futuro de este país también han sido las grandes incógnitas a lo largo de la campaña. Cartelerías, papeles, cartones y maderas han sido esparcidos por toda la geografía peninsular. Las imprentas y empresas especializadas se han visto beneficiadas de todo ello. También, las consulting privadas, diagnosticando a lo largo de la campaña quienes serían los ganadores y perdedores. No hubo mayoría, era lo esperado. Visto lo sucedido en los últimos años, España comienza a maquillarse de otra manera. Camina con paso lento, pero lo hace hacia una nueva cultura económica; política, social, laboral y del pensamiento. Se vislumbra una renovación de aquella generación del último siglo XX, atrincherada con los poderes fácticos, el mundo empresaria y la Iglesia. Vamos camino a un nuevo horizonte; a un nuevo organigrama de la propia evolución que el propio ser humano ha querido fabricar en muchos campos de la ciencia.

Dados los nuevos retos que la globalización sigue planteando a la Unión Europea, cada ciudadano requerirá una amplia gama de competencias para adaptarse de modo flexible a un mundo que está cambiando con rapidez y muestra múltiples interconexiones. Por otro lado, las tecnologías relativas a las comunicaciones electrónicas están cambiando rápidamente y los legítimos requisitos de las autoridades competentes pueden evolucionar; para asesorar sobre estos asuntos la comisión prevé crear una plataforma integrada por representantes de las autoridades represivas, las asociaciones del sector de las comunicaciones electrónicas y las autoridades de protección de datos. La nueva generación que viene entrando desde finales del siglo XX y comienzo del siglo XXI, ya no es una promesa. Ya es una realidad, y de ella se desprende el futuro de este país. Los que hemos tenido la suerte de vivir las dos etapas de los mencionados siglos, intentaremos aportar experiencia de lo vivido, aunque todo ya es distinto y nada será igual. España comienza abrir su “armario” y renovar su “vestuario”, aunque para todo ello hayamos tenido que ser los grandes sacrificados. Todo cambio tiene un precio. Todo avance tiene unos sacrificados. Toda evolución tiene sus propios laboratorios experimentales. Antes de marcharnos, todavía podemos aportar muchas cosas. No es cuestión de cruzar los brazos y esperar lo que viene. No podemos dejarlo todo para las futuras generaciones venideras. Podemos aportar todavía muchas cosas basadas en experiencias, colaboración, consejos y acciones en determinados sectores de la vida social de esta nueva España arropada por los vecinos de la Europa democrática.