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Pedro Hernández: “El sentimiento canario es fuerte, pero no tanto el de canariedad”

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Fotos SERGIO MÉNDEZ

Por Carmelo Rivero

La curiosidad que atiza la travesía cultural de Pedro Hernández, aun a los 73 años, y ya jubilado de la Universidad de la Laguna como catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación, explica quizá, como postulaba Carlos Castilla del Pino, la juventud renovada de este polifacético explorador de la vida y la mente. Creó, desde hace más de 30 años, un célebre test, el Tamai, el de un autor en español más difundido en el mundo, para combatir los trastornos en niños y jóvenes;ahora proyecta realizar ebooks personalizados sobre emociones como artículos de regalo, y en la pasada década sacudió la escena de la Psicología con Los moldes de la mente, una lúcida aportación para entender los actos irracionales del ser humano, que Amenábar usó en su película Mar adentro.

Él mismo empleó su técnica para desenmascarar en Los pasadizos secretos de la mente al falso psicópata José Bretón, autor del crimen de sus propios hijos en Córdoba. Y bajo el seudónimo que adoptó como apellido, Guanir (animal silvestre), a sugerencia del filólogo Juan Álvarez Delgado, firma novelas, como el Código oculto de la mirada y la que ahora mismo escribe en clave de humor, para evadirse del drama de las deudas del sueño más costoso de su vida: la edición online del Natura y Cultura de las Islas Canarias, un libro que se erigió en símbolo en los años 70.

Hace casi 40 años, por tanto, puso en pie con un equipo esta obra contra viento y marea, de la que se han vendido 200.000 ejemplares. Pero su versión digital, a partir de 2002, con el nuevo nombre de Gran Enciclopedia Virtual de las islas Canarias (GEVIC), a la que se accede gratuitamente, ha supuesto la ruina personal de sus creadores. Y, lo que es peor, ha pasado factura a la salud de dos de ellos. De los tres Pedros de este proyecto, Pedro Hernández, Pedro Félix González y Pedro Molina,los dos últimos han terminado padeciendo cáncer, una circunstancia que para el primero, director de GEVIC, “no es, en absoluto, casual”.

-¿Y usted qué ha hecho al verle las orejas al lobo?

“Me aplico las herramientas de mi propio trabajo: mucha TBT. Si no, estaría listo. Tienes que limpiarte y purificarte o los problemas pueden contigo. TBT es la Técnica de Bombeo Terapéutico, diseñada hace casi un cuarto de siglo por el propio Hernández en Los moldes de la mente, una de las biblias de la Psicología moderna para psicoterapeutas e investigadores. En la Universidad Autónoma de Madrid, José Antonio Carrobles dirige, con esta fuente,una tesis doctoral sobre la obesidad”.

-¿Por qué se embarcó en esta aventura camino de jubilarse?

“GEVIC ha sido mi gran locura y mi gran pasión. Ahora confío en que la Administración canaria la haga suya y constituya una fundación que garantice su viabilidad. Cuando nació Natura y Cultura era un libro necesario para Canarias. Y hace algo más de una década, en plena era virtual, vi claro que había que volcar la obra en Internet y ponerla al alcance de todo el mundo. Pronto se convirtió en una Wikipedia sobre Canarias, como ahora ya hemos formalizado. ¡Un esfuerzo carísimo! Entras en Google y pones GEVIC.net o Enciclopedia Canaria y accedes a todo ese mundo multidisciplinar sobre las Islas, que consultan quienes opositan, estudiantes, investigadores y usuarios en general, el cincuenta por ciento de fuera de Canarias. Pedro Félix y yo (que habíamos fundado Tafor para ayudar a pensar y vivir), hemos hecho la inversión, con promesas incumplidas de las instituciones, con raras excepciones. Pedro Molina se subió entonces a este carro como un titán a empujar con todas sus fuerzas. Somos tres Pedros y dos tienen cáncer no por casualidad. Estoy seguro que van a salir adelante”.

Foto S.M.
Foto S.M.

-¿Es el precio de perseverar en las raíces del guanche?

“El Natura, en el 77, fue una aventura pedregosa pero maravillosa. Nos costó sudor y lágrimas. En el tardofranquismo, la Ley de Educación de Villar Palasí planteaba partir de lo conocido, de lo propio, algo muy progresista. Pero en Canarias no había libros sobre Canarias. Hemos sido capaces de una cultura avanzada como pocas sociedades, pero víctimas, a su vez, de analfabetismo y abandono de la cultura popular. El primer artículo que escribí con once años fue sobre el modo de transmisión del linaje guanche. Ya me interesaba el tema de la identidad. Yo había superado con tesón mis miedos en la etapa de estudiante, y con el Natura quería que mis paisanos dejaran de infravalorarse para mirarse con orgullo. Iba a ser un librito pequeño de información de las islas, ese espejo donde el canario se viera reflejado. Terminó siendo una enciclopedia”.

-El libro del hombre.

“Así lo llamaban,por la foto de la portada: un campesino de Taco, don Ismael, que fotografié al azar en La Esperanza, y se convirtió en un símbolo. Le hicimos un homenaje cuando murió. Nos insistieron tanto, años después, en cambiar la portada, que sacamos una edición con otra de lavas, y la gente lo rechazaba, porque, en realidad, era el libro del hombre. Muchas fotos de la primera edición las tuvimos que quitar después porque eran deprimentes. Había una pobreza enorme. Y se veía a gentes emigrando entre islas llevando los colchones y conejeras, los chiquillos desharrapados…”.

-¿Es cierto que este libro, ya icónico, estuvo a punto de no salir?

“Lo salvó don Agustín Millares Carló, que lloró de emoción, y lo apadrinó don Juan Marichal. El Cabildo de Tenerife cogió miedo y no quería publicarlo. Nos mandaron a Cuscoy para ponernos trabas, y Cioranescu me dijo que le parecía bien, pero no le gustaba la casaca. ¿La casaca?, le pregunté,y me explicó que temían que lo usara Cubillo.Tenerife se lavó las manos y se lo pasó a Gran Canaria, como Pilatos mandó a Jesús a Herodes, con la idea de cargárselo. ‘Esto es lo que he estado buscando toda la vida’, nos dijo, en cambio, don Agustín: un libro interdepartamental de divulgación, y nos reveló una nota interna del Cabildo de Tenerife poniendo el Natura a parir. Él fue nuestro valedor, hizo una carta estupenda y se la dimos a Gilberto Alemán, que la publicó. Entonces, no hubo marcha atrás”.

-¿Y qué papel jugó nuestro catedrático en Harvard?

“Me enteré por Ernesto Salcedo de que don Juan Marichal se había quedado anonadado (esa fue la palabra) al ver el libro, empezando porque le encantó la palabra Natura. Entonces lo llamé a Harvard, con gran atrevimiento, y nos hizo un prólogo sencillo pero con enjundia, diciendo que el libro iba a contribuir a hacer la ‘nueva conciencia canaria”.

-¿Esa es toda la historia?

“No. Pasó algo que nunca he dicho. Nos censuraron. El Cabildo de Tenerife nos obligó a quitar dos capítulos referidos a la españolidad y la canariedad. No eran textos escandalosos, hacían reflexionar. Nos prohibieron que se publicaran. Y se me han extraviado. El Cabildo me comunicó a través de Cuscoy que no iban porque eran peligrosos. Cuando suspendí injustamente una oposición para profesor titular de Universidad, me dijeron lo mismo: ‘Es que usted ha escrito un libro peligroso”.

-¿Pese a la crisis, aún no somos un manicomio sin techo?

“No, por mucho que digan. Pero algunas islas son más sensibles que otras. La Palma es la isla de los genios y los ingenios. Los gomeros, en la desconfianza, pugnan por la supervivencia. Palmeros y herreños son los más emprendedores y, como decía Torriani, los más nostálgicos. Lanzarote y Fuerteventura son islas muy alegres (de bailes vivos y vistosos) y psicológicamente se identifican mucho con Tenerife, que es más vital; Gran Canaria más cerebral. Gran Canaria tiene mayor motivación de logro y Tenerife, mayor motivación afectiva”.

-¿Entonces, no hay tanto loco suelto como parece?

“He visto tantos locos en tantos sitios, que no sabría decir si hay más. Echo en falta más ponderación. En Canarias hay más desajuste y ansiedad. Locos sueltos camuflados”.

-¿Sus estudios sobre la felicidad y la crisis arrojan algún resultado revelador?

“Cuando aumenta el PIB en España aumenta la felicidad, pero también la delincuencia, las separaciones conyugales y los suicidios, y cuando desciende el PIB, aunque parezca mentira, disminuyen esos factores. Una cosa es el bienestar subjetivo y otra lo que llamo indicadores de malestar social. El ser humano saca fuerzas de la crisis de las que carece en la abundancia. España, a pesar del malestar subjetivo por la crisis, ocupa el séptimo lugar en felicidad. Los apoyos sociales y familiares son claves. En Canarias estamos en un punto intermedio de felicidad, y el soporte social y familiar es aún mayor. Pero lo peor son las separaciones matrimoniales, que se disparan (este año, 3,3 por cada mil habitantes, frente a 2,6 de media nacional). Canarias es el sitio donde más se separa la gente, pero no el de más suicidios ni delincuencia, pese a que este último es un fenómeno de zonas densamente pobladas y turísticas”.

-Siempre le escuché hablar de la punta de los dedos en sus terapias y ahora dicen científicos rusos que en la yema de los dedos está la felicidad…

“Es verdad que ahí hay una energía especial, y nosotros la utilizamos en la técnica de bombeo. También está asociado a sosiego y viene bien para dormir”.

-¿Canarias y Bali, objeto de su investigación, son equiparables en lo que Bután denomina el índice de Felicidad Nacional Bruta?

“Yo le he dado la vuelta al tema: no solo me preocupa la felicidad, sino la aportación al bienestar comunitario (el ABC) que hace cada persona, donde la empatía (ponerse en el lugar del otro) es el factor más valioso.Los políticos olvidan fomentar cosas cotidianas sencillas: no cuesta nada sonreír y dar las gracias. Clavijo ha hecho cosas en La Laguna de este estilo de participación popular que revitalizan al pueblo. Entre Bali y Canarias la felicidad es la misma, pero el ABC no; es mayor en Bali que aquí. Canarias le gana en expresión de desagrado, rabia y tristeza. Bali es superior en autoestima. ¿Qué es la felicidad? Me lo explicó un amigo balinés, Wuayán, de 25 años. Le pregunté como a todos: ‘¿Eres feliz?’ Me dijo: ‘Sí, claro. Por cinco razones: la primera, porque todos los días hago meditación y saco lo mejor de mí. La segunda, porque me miro al espejo y me digo cada mañana, Wuayán, tú vales, tú puedes, te quiero. Tercera: yo soy un granito de arroz poderoso cuando me fundo con el universo. Cuarta: donde hay día hay noche, donde hay rosas hay espinas. Acepto la realidad, no sufro por ello. Y quinta: en mi aldea nos divertimos y mi familia me quiere. Con todo eso, ¿no voy a ser feliz?’. También estudio el uso de los fármacos, porque hay una felicidad empastillada en nuestra sociedad, y aumenta el sufrimiento en pareja”.

-¿Sus talleres sobre el amor de qué nos informan?

“Vemos las fases del enamoramiento y el amor posterior cuando en pocos años se pierde el brillo de la relación, y hemos ayudado a mucha gente a recuperar ese brillo. Hay que tener mucho cuidado con las microfobias que se crean en la pareja. Debemos purgar lo que nos fastidia”.

-¿Es más débil el isleño a la hora de sufrir?

“En un mundo competitivo, el éxito es de los más fuertes económica y psicológicamente. En la cuneta se quedan los más débiles: drogodependencia, suicidios, delitos,separaciones. Hay una propensión cultural del canario a tener más miedos. Ahí es donde flaqueamos. La gente se sorprende cuando les explico la psicología del canario”.

-¿Cuál es nuestro rasgo predominante?

“El sentido del humor y la expresión corporal relajada, la manera informal de sentarnos y movernos. No nos gustan las corbatas. Algo muy positivo es el cariño y la flexibilidad. Es una psicología, en ese sentido, más femenina. El papel de la madre ha sido fuerte desde los guanches; ellas se fundieron con los conquistadores. Se ve en el ADN aborigen. A causa de esa dependencia de la madre, el canario está lleno de miedos e inseguridades, no solo se debe a ser islas y colonizadas. Pero cuando sale fuera y rompe el cordón umbilical, desarrolla una capacidad emprendedora. Hay personajes singulares aportando mucho a su tierra. Pedro García Cabrera, en las letras, me parece un ser asombroso, llega al mundo profundo del canario. Agustín de Betancourt, Galdós. Y hoy en día, Juan Cruz es un tío muy valioso en sus reflexiones y sensibilidad. La labor de Los Sabandeños es única, exclusiva. El canario solo es aplatanado en apariencia, porque es ingenuo, es parte de ser niño, y ahora está viviendo un tránsito duro de una sociedad tradicional y afectiva a otra más competitiva. Me preocupa la gente que se queda en la cuneta, porque necesita ser más fuerte”.

-¿El 24M refleja un cambio de sociedad?

“Cada isla muestra su perfil. La sociología y la psicología de Gran Canaria no tienen nada que ver con las de Tenerife. Si en Estados Unidos, Ohio es el termómetro electoral del país, Las Palmas sería la Ohio de España”.

-¿Presupone a la izquierda en la Moncloa o a un PP con resiliencia?

“Nadie sabría decirlo. Cualquier paso que den unos y otros estos meses influirá. Los cambios de Rajoy y lo que haga Podemos en las alcaldías. Podemos sabe que el tiempo corre y la economía va a mejor. Ciudadanos y Podemos han sido revulsivos en una realidad acartonada y corrupta”.

-¿Como analista nacionalista, aprecia avances o retrocesos en ese campo?

“En Canarias sigue habiendo nacionalismo, pero vivimos un retroceso. Es la consecuencia de haber bajado la guardia en lo que más caracteriza al nacionalismo, la cultura y la identidad. Todos los políticos creen que el reto es económico, pero se engañan, si no asocian lo cultural, básico en estrategias de logros. Estos cuatro años son claves para saber si Canarias recupera o no el rumbo”.

-¿Qué rasgos percibe en Clavijo, virtual presidente?

“Es optimista, operativo y sencillo”.

-¿Cómo califica el ascenso de Antonio Morales (Nueva Canarias)?

“Un hallazgo de la política canaria. Puede ayudar a aglutinar el nacionalismo y a potenciar la identidad”.

-¿La era digital ha dado la puntilla a esta última?

“Siendo Canarias la comunidad que más vivencia la identidad, no se reconoce lo bastante en ella. El sentimiento canario es fuerte, pero no tanto el de canariedad. Llevamos en el psicoma un hacha autodestructiva. Vemos más lo negativo que lo positivo en nosotros. Hay una tendencia a devaluarnos, a buscarnos fallos en arte, economía política. Un tema grave es que Canarias no ha conseguido la soberanía cultural ni la soberanía laboral. Yo dejaría para el final la soberanía política. Laboralmente, no pido que el canario sea considerado más que otros, pero tampoco menos”.

-¿Por qué nos flagelamos?

“Hay un sentimiento de vanagloria superficial y exhibicionista de ser canarios. Para ponernos etiquetas, decir que somos los mejores cantando y que tenemos el mejor clima del mundo, para eso somos muy buenos. Pero hay una corriente de intrapunición, de rechazo a uno mismo. La autoestima del canario está baja. Hay mucha isla en cada uno de los canarios, falta el nosotros”.

-Recétenos un remedio.

“Hacer bombeo. Consiste en afrontar los problemas con toda crudeza para erradicarlos; simbolizar los demonios que nos amargan la existencia mediante respiraciones profundas. En estado de relajación, la persona entra en su lago interior, se carga de energía y alcanza un poder que la hace invulnerable. Es lo que llamamos encontrarse con el numen, una fuerza creativa, casi divina.

-¿Dios existe?

“Creo en la energía de los átomos, capaz de programar el universo. Dentro del hombre hay una energía especial, mucha gente se muere sin descubrirla”.

-¿Y después de la muerte que hay?

“No sabemos, pero hay fuerzas que suscitan mucho misterio. Sigo creyendo en el poder virtual”.

-¿Qué es el alma?

“Una energía interior que la puedes llamar alma, ángel de la guarda o Dios. Y está la telepatía. Con ondas cerebrales se demostró el vuelo de las palabras entre la India y París”.

-¿Y por qué estando cerca, la gente no se mira en un ascensor?

“Por pudor en la intimidad”.

-¿De eso tratan su moldes de la mente?

“Nacemos con un genoma y con lo que yo denomino el psicoma, formado por 30 moldes mentales. Bruce Lipton, un biólogo celular estadounidense, demostró que tres células iguales en ámbitos distintos producen cosas diferentes: piel, hueso, pelo… Con los moldes mentales pasa lo mismo: el medio es la influencia. Se trata de corregir los moldes y los nis (núcleos implicativos sensibles), que son las heridas profundas. ¿Qué es un nis? Si vivo una experiencia crítica: mi padre es alcohólico, eso va generando en mí una herida profunda, un nis. Puedo convertir ese nis en una causa de hundimiento o adoptar una actitud de consolación en positivo. He investigado mucho también los aspectos socioeducativos, tratando de ver cómo padres permisivos crean seres caprichosos, que muestran una imantación por lo imposible”.

-“No desees lo imposible”, decía uno de los siete sabios de Grecia.

“Es la mosca que se empeña en salir a través de la ventana cerrada, contra la que se estrella”.

-¿El mar es nuestra ventana?

“Muchas veces el mar es inconsciente, pero está influyendo. El canario no piensa en el mar cuando lo tiene cerca y lo echa de menos cuando está lejos”.

-¿Cinco siglos de la Conquista no son bastantes?

“Cinco siglos son apenas cinco abuelas. Así se lo expliqué a mi hija para que entendiera que la herencia histórica es muy poderosa, no tan lejana”.

-Usted es autor de tests de personalidad infantil y presidió el Consejo Escolar de Canarias. ¿Ante el matoneo escolar, el bullying, qué hay que hacer?

“Los niños sufren en silencio y hay que estar alerta a su isla interior, a cualquier bajón de rendimiento y mutismo extraños. El fenómeno es viejo, pero ha saltado a la
red”.

-¿Cuál es su diagnóstico clínico sobre Canarias?

“Suelo ser optimista. Pero en este momento veo que Canarias está perdiendo control interno. Todo terapeuta persigue que la persona que sufre gane control interno. Como pueblo ese control interno está languideciendo. Hoy en Canarias es mayor el control externo”.

LA CASA PARECÍA UNA CALLE

En el confesionario de la panadería de su madre, Pedro Hernández adquirió la costumbre de escuchar a los demás y, antes de abrazar los hábitos de la Psicología (hizo el doctorado con José Luis Pinillos) y la Pedagogía y descubrir los moldes de la mente, estuvo a punto de ingresar en una orden religiosa que hoy le produce estupor: la Legión de Cristo. “Duré tan solo una semana, entré en depresión y me alejé”. Tenía 16 años y arrastraba un pésimo historial como estudiante y una timidez patológica. “A tal punto, que yo me acuerdo de niño saltandopor una ventana que daba al patio de mi casa para no pasar entre la gente”. Los percances personales lo empujaron a estudiar Psicología, una vez superada la etapa elusiva de seminarista y las horas de legionario de Cristo en Salamanca, y escribió obras de teatro, que representaba. En Madrid, donde se formó finalmente en las facetas definitivas de su vida, pasó de un extremo al otro, de la introversión al galimatías de los hobbies y estudios revueltos de la Universidad y la profusión cultural de la Residenciamixta; de la arcadia de la isla al maremágnum y el carpe diem de la capital del reino, donde conoció a personajes proactivos como Berlanga, que lo examinó en la Escuela de Cine. “Era muy sencillo, muy cachondo y muy erotómano, le gustaba gastar bromas sobre sexo en las sobremesas”. Con la palabra disfrutar, Guanir, su seudónimo, ha escrito un libro de mil preguntas y respuestas para conocer Canarias y una guía de La Laguna. El padre, Pedro, era canalero, y el hijo le llevaba la comida al monte alto, a los estanques.

Cuando el padre dejó de repartir agua se integró en la panadería, verdadero cenáculo de vecinos donde discurrir en tertulias sobre la vida. En San Juan de la Rambla, de abajo, la casa donde nació estaba enclavada en la calle del Calvario, entre los pobres y los ricos, que vivían en el ámbito de la panadería. Recuerda las reuniones de noche, en su casa escuchando Radio Pirenaica, “de gente obrera y campesina, concienciada políticamente” y, junto a la iglesia, un hábitat de seudoaristocracia, en el que también hizo amistades. “Entre esos dos mundos me crié”. Años más tarde, recién casado, en el País Vasco, cuando, bajo el franquismo, se quedó en el paro al ser expulsado de la Universidad por represalias políticas, y ejerció de psicólogo clínico en su consulta privada, trató a pacientes de las dos orillas, a policías y abertzales. “A veces salía por la puerta un agente obsesionado con que lo iban a matar y entraba alguien que había estado en la cárcel del entorno de ETA”. La fuente donde Pedro Hernández aprendió a nadar entre dos aguas era, sin duda, Rosario, la madre, que desde los trece años se hizo cargo de la panadería, cuando su padre, de La Palma, murió, y su madre, de La Guancha, se quedó ciega. “Somos cinco hermanos, todos con carreras. Mi madre era muy vitalista, le gustaba leer y comentarlo con el pueblo. Daba ánimos a todo el mundo. La gente no solo iba a comprar pan o bizcochos, sino a recargar las pilas hablando con ella de sus problemas”. De esa escuela es Pedro Hernández, que llegó a pensar seriamente en ser misionero en América y ha acreditado aptitudes para encauzar los desajustes de la mente.

No es ningún brujo, pese a cierta taumaturgia legendaria como terapeuta, ahora en el gabinete Psicomold de La Laguna. Él mismo admite que la ciencia confluye con la magia sino se desoyen. Cuando viajó con su esposa a Bali, adonde siempre quiso ir, como regalo de un paciente agradecido con éxito en los negocios, “una noche, en mitad de una cena numerosa, se acercó un joven de 19 años y me entregó una moneda china, que le había dado su abuelo para que eligiera a la persona que pudiera ser su mejor amigo en la vida”. Pedro creyó que era un truco turístico en la isla feliz de Indonesia, pero desde entonces son amigos, el joven se casó y es padre de dos hijos en una casa “que me impresionó porque tenía doce templos”. Edurne, la maestra vasca con la que Pedro se casó y tiene una hija, Adey (psicóloga clínica), también se llevó una sorpresa la primera vez que entró en el hogar familiar de San Juan de la Rambla y vio que se cruzaba con gente que entraba por una puerta y salía por otra como si la casa fuera una calle. Hoy Facebook es la calle donde Pedro Hernández se encuentra con la gente, a diario, y comenta la actualidad. “Esa idea de estar con el pueblo de una manera didáctica es herencia de mi madre”.