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A pesar de todo, queda la esperanza – Por David Sanz

Muy triste la muerte de Pedro Zerolo y triste también que se haya producido en medio del mercadeo postelectoral que vivimos estas semanas. Con todo, esta feria de escaños no ha eclipsado su figura. El testimonio de la buena política que nos ha dejado el político canario resalta en medio de este lodazal en que se granjean cuotas de poder durante estos días con la misma ansiedad de quienes intuyen la proximidad del fin de los tiempos. No importan los programas, ni las políticas, ni siquiera las personas que entren en una alianza. Lo que de verdad interesa es que la organización, el partido, el que sea, salga reforzado para que el sujeto pueda recibir la transfusión de poder que necesita para seguir cuatro años más. Es verdad que en este tablero de ajedrez hay distintas categorías de jugadores. Yo cuantifico tres: maestros, aprendices y otros que, por mucho que lo intentan, jamás olerán ni tan siquiera un jaque. El PSOE, en general, pertenece a este último modelo y su prototipo es Julio Cruz. Y no por ser novato en esto de la política, que el hombre lleva casi tanto años como Matusalén en la Cámara regional, sino por la estrechez de quien no tiene otra obsesión que la de que no le rueden la silla. En el otro extremo se encuentran los representantes de Coalición Canaria, que han sabido sacar el máximo partido en situaciones complejas como la que vivían en La Palma. El paradigma, en este caso, es Antonio Castro, que ha colocado a la Isla Bonita como el filtro de cualquier negociación en el Archipiélago. Con esto, además, los nacionalistas palmeros han conseguido no solo ser una pieza imprescindible en los pactos, sino también generar desconfianza y recelos entre sus rivales políticos, que los dejaron fuera de casi todas las instituciones tras los pasados comicios. Y en el papel de aprendiz, ya bastante avanzado eso sí, está el PP. Asier Antona ha tenido paciencia hasta hallar por dónde encontrar la luz cuando todo apuntaba a que se iban directamente al congelador de la oposición. La verdad es que a estas alturas, al menos cuando termino de escribir este artículo en la mañana del miércoles, está todo tan abierto que puede ocurrir cualquier cosa en los ayuntamientos de La Palma. Pase lo que pase, eso sí que ocurrirá esta legislatura, será coherente con lo que suceda en el Gobierno de Canarias, al menos en la inmensa mayoría de instituciones. Mientras, la vida sigue, menos para los que ya no están, aunque en el caso de Pedro Zerolo fue el testimonio de que otra política es posible, pero de verdad.