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La seguridad en Turquía – Por Sergio García de la Cruz

Asociar la seguridad en Turquía a los acontecimientos de los meses pasados, en donde las imágenes en televisión hablaban por sí solas, tampoco se ajusta a la realidad de lo que es Turquía. Acontecimientos como los de la plaza Taksim son comunes en muchas ciudades y capitales europeas, como el movimiento del 15-M en España o las manifestaciones antiglobalización que se suceden a lo largo del año en diferentes puntos del planeta. Al igual que estas, las manifestaciones de Taksim se estaban concentrando en lugares concretos y en días fijados.
Mi amigo Juan Riquelme es desde hace unos dos años profesor de Español en Hisar School Estambul. Previamente había seguido de cerca, no sin miedo y estupor, los acontecimientos que días previos a su marcha se sucedían en la plaza Taksim, el corazón de Estambul; las manifestaciones ciudadanas y la represión policial de una dureza extrema ante la inminente demolición del Parque Gezi, para la construcción de uno de los tantos centros comerciales que tiene la ciudad en la actualidad. Sin embargo, aquella horda ciudadana se levantaba en contra de un cúmulo de decisiones de un gobierno, el del primer ministro Erdogan, excesivamente conservador y retrógrado en sus políticas sociales principalmente, siendo el “asunto Gezi” la gota que colmaba el vaso.

Claro, hablar de seguridad en Turquía requiere diferenciar las zonas turísticas y más pobladas; Estambul, con alrededor de 18 millones de habitantes, Ankara, Izmir, Bursa, de otras tantas que por su cercanía a la frontera con Siria no son para nada recomendables y que tanto el Ministerio de Exteriores español o del Reino Unido recomiendan no visitar, de hecho, indican que no nos acerquemos a la frontera y mantengamos una distancia mínima de 10 kilómetros. Y como no, el asunto del terrorismo del PKK es un escollo a salvar todavía, pues recientemente ha habido algún que otro altercado en ciudades como Estambul, pese a estar años en silencio. También las áreas fronterizas con Irak, deben ser evitadas.
Me dice Juan que en la actualidad todo ha vuelto a la normalidad, salvo esporádicas manifestaciones pacíficas fruto de reivindicaciones acerca de una mayor igualdad mujer-hombre o de la aprobación de leyes que recortan los derechos ciudadanos. Por consiguiente, viajar, visitar o vivir en Turquía es seguro desde su punto de vista, siempre y cuando se tengan en cuenta las anteriores advertencias. En consecuencia, no hay diferencia en la probabilidad de actuaciones de terrorismo islámico con respecto de otros países. Es más, Turquía es un país con buenas relaciones internacionales, especialmente con los EE.UU., también por su posición estratégica en Oriente Próximo, entre Europa y Asia, teniendo una posición privilegiada en cuestiones comerciales y militares.

Desechemos tópicos relacionados con problemas de cohesión social. El respeto por las múltiples religiones que conviven es notorio y, a pesar de que el islamismo es la religión mayoritaria, existe un gran respeto por las demás religiones que conviven; cristianos católicos, ortodoxos, comunidades judías, etc. Si tenemos en cuenta que se trata de un país eminentemente turístico, y que por tanto un amplio sector de la economía se nutre del mismo, al tiempo que el robo o la extorsión tienen un mayor castigo por la ley que en países como España. Por tanto, sería bastante acertado hablar de una seguridad aceptable.
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