soliloquio

Unidad popular y dos piedras

Soy de los que prefiere llamar a las cosas por su nombre, huyo de los sucedáneos, evito las medias verdades, detesto la arrogancia y no puedo con la mentira salvo que sea piadosa, lo de la mentira piadosa es una genialidad más de la iglesia. Lo que menos soporto es la soberbia de los don nadie venidos a más. Por estas tierras nivarienses tenemos buenos ejemplos que se van poco a poco diluyendo en sus ácidos y entre las mil y una fracciones de sus unipersonales unidades populares.

Este majadero fenómeno populista tiene una gran debilidad, nadie se fía de nadie. Un buen ejemplo que parece va a ser inolvidable, espero que no, es el de Iglesias Turrión, Pablo. Un profe que se baña en mala leche de burra y en su soja de autoestima ¿qué se creerá? A su entender hasta que no nació él no había pasado nada en este mundo. Destila así: No al pacto. “Sois unos cenizos. No quiero que cenizos políticos, que en 25 años han sido incapaces de hacer nada, no quiero que dirigentes políticos de Izquierda Unida, y yo trabajé para ellos, que son incapaces de leer la situación política del país, se acerquen a nosotros, no hay opción para alcanzar un pacto. Ninguna. Cero. Fin de la cita. Cero”, afirmó Pablo.

Claro que los que lo conocen bien, los de IU que ahora dejan de ser comunistas para ser unionistas populares pero de otra rama, la que lidera Garzón tuvo que aclarar quién es el susodicho, para lo cual hizo sus matizaciones: “No ha inventado nada nuevo, ha cogido muchos elementos programáticos que tenían IU y otros partidos. Súmenle una estrategia de calculada ambigüedad ideológica, muy medida, que no puedo compartir porque creo que hay que defender los principios por encima de todo”. ¿Y qué resulta?. Evidente, una macedonia de no se sabe que, con ganas de mandar, de saborear la acidez del poder.

Los otros populares también se las gastan. Últimamente han considerado tirar de los júnior, complementados por Fernández Díaz que no para de despacharse a su gusto: “El pesoe es el caballo de Troya de Podemos”, la otra que le oí “en el Pepé no se ha integrado la extrema derecha”, como que no existe. Nadie recuerda lo de la concentración de la Espe para Madrid, y otros rezos.

Creo que será mejor que cada cual se llame por su nombre, y nos dejemos de disfraces. Como dijo Borges: “Hay comunistas que sostienen que ser anticomunista es ser fascista. Esto es tan incomprensible como decir que no ser católico es ser mormón”. Llegó el verano, disfrute, si lee más deleite.