SOCIEDAD

La acusada de matar a su bebé ni sabía que estaba embarazada

La tinerfeña de 42 de años de edad a la que se acusa de haber asesinado a su bebé recién nacido cuyo cadáver fue encontrado en el vertedero de Arico aseguró ayer que ni siquiera sabía que estaba embarazada y que el niño murió de forma accidental al poco de nacer. Las declaraciones de la mujer, que se enfrenta a una solicitud de 20 años de cárcel por parte de la Fiscalía, se realizaron en la primera jornada del juicio con tribunal de jurado popular que celebra desde ayer la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife.

A pesar de que el testimonio de la acusada siempre ha sido el mismo (lo que se considera como indicio de verosimilitud) y en él se defiende su inocencia, el abogado que la representa legalmente pidió ayer que se le considere como responsable de un delito de homicidio con una pena de 10 años de cárcel.

Acertadamente, el magistrado ponente de esta causa recordó ayer en la sala que tales conclusiones son provisionales y que, al final de la vista oral, siempre pueden variarse.

Por lo que respecta a las sorprendentes declaraciones de la acusada acerca de la ignorancia sobre su estado, se vio corroborada por el testimonio prestado por los dos médicos a los que acudió para consultar el malestar que percibía en su organismo.

Ambos galenos reconocieron que no practicaron pruebas de embarazo a la mujer y que se limitaron a prescribirle medicamentos contra la ansiedad que aseguraba padecer.

En su relato, la acusada sostiene que el parto llegó de forma improvisada cuando realizaba sus tareas como empleada del hogar, y que el infortunado bebé recibió dos golpes, uno justo al nacer y otro cuando se le resbaló de las manos al intentar cogerlo, ya que su cuerpo estaba aún cubierto por la placenta y el líquido amniótico.

Por contra, la Fiscalía (que interrogó con dureza a la mujer durante casi hora y media) la acusa de haber asfixiado a su propio hijo para, después de haberlo metido en dos bolsas de basura, tirarlo en un contenedor de la calle de La Orotava al terminar su jornada laboral.

Tal y como relata el Ministerio Público, el cadáver del bebé pesó al nacer 2.620 gramos y fue encontrado el 24 de agosto de 2013 en una cinta de selección de residuos de la Planta Clasificadora de Basuras del Complejo Medioambiental de Tenerife, también conocido como el PIRS.

Para solicitar la pena de 20 años de cárcel antes referida, la Fiscalía considera que concurren las circunstancias agravantes de parentesco y la atenuante de discapacidad intelectual leve, aplicada analógicamente.

En cuanto al resto de los testimonios ofrecidos durante la jornada inaugural (que se prolongó por la tarde en una vista oral que se prevé termine mañana viernes), destacar que los guardias civiles que acudieron a interrogar a la acusada detallaron que la mujer, antes de ser interrogada al respecto, ya ofreció de forma voluntaria su versión de los hechos, que sigue siendo la misma hasta ahora.

Para hoy está previsto que declaren los peritos que identificaron a la madre en cuestión y que advirtieron que el bebé estaba con vida cuando nació.