opinión

Ana Lázaga – Por Joaquín Castro

El Círculo de Amistad XII de Enero presenta hasta el 7 de julio una exposición de óleos de la artista Ana Lázaga. Veterinaria de profesión, hace un exhaustivo estudio del mundo animal con el que está acostumbrada a tratar cada día.

La muestra está formada por unos treinta y cinco cuadros, con el estudio de los diversos temas que ha ido encontrando a lo largo de la geografía canaria. Marinas espectaculares, sobre todo las dedicadas a los atardeceres en nuestras costas, o en los espacios de laurisilva gomera. Sus gatos de diversas razas atraen por el estudio que hace de ellos, hasta los pelos más finos de cada uno de estos animales se pueden ver. Al ser una atleta, y visitar las montañas más altas de Kenia y Dubái, en las que ha practicado el deporte de las alturas, le ha servido para conocer además todas esas especies que habitan en la jungla, y ella, con su maestría, las ha llevado a sus lienzos. Ana, formada en el dibujo y la pintura desde niña, se ha preocupado de seguir recibiendo enseñanzas de la plástica en el estudio y academia del pintor Manuel Tegeiro, maestro de grandes alumnos. Ha intervenido con sus compañeros en exposiciones colectivas en la sala de arte Los Lavaderos, siendo esta muestra su primera individual. El color y la luz es el elemento fundamental para cada uno de sus trabajos. Delicadeza, expresión, sensibilidad y técnica se unen para conseguir la delicadeza de un gato en su sueño diario o de la jirafa con su largo cuello, investigando lo que hay a su alrededor.

Las marinas de esta artista son espectaculares, la quietud del mar en el crepúsculo vespertino, cuando el sol se oculta en el horizonte y cuando los rayos solares parecen marcharse tímidamente es un momento estelar para ella que lo consigue y, con su paleta de todos los colores, los lleva a sus trabajos. La belleza del Monte del Cedro en la isla de La Gomera también le ha entusiasmado, consiguiendo una gran obra con los diferentes colores verdes que inundan aquellas zonas húmedas por los denominados viñátigos. Cuadro espectacular, armonía de los colores utilizados y la buena técnica recibida.

Se licenció en Veterinaria en 1992, abriendo poco tiempo después su clínica, profesión a la que se dedica actualmente en Candelaria. Su primer cuadro fue pintar un elefante en el colegio con el que tuvo un premio. En su familia hay varios pintores, pero ella apostilla que es una evasión, con la que logra descansar y crear, independiente del mundo animal. Declara ser una mujer muy activa y sus hobbies tienen relación con la velocidad al aire libre, la naturaleza, el paracaidismo, bici de montaña, esquí, equitación, escalada, surf, patinaje…, así que la pintura hace que su mente no piense, se relaje y disfrute.