EDUCACIÓN

Casi 600 estudiantes deben dinero de sus matrículas a la Universidad

Los estudiantes insisten en que la medida restringe el acceso a la educación superior. / FRAN PALLERO
Los estudiantes insisten en que la medida restringe el acceso a la educación superior. / FRAN PALLERO

Abandonaron sus estudios y ahora, si quieren retomarlos, tienen que pagar por la docencia que recibieron entonces. Un total de 594 estudiantes mantienen deudas con la Universidad de La Laguna (ULL), casi la mitad de los 1.226 que había en el curso 2010-11. La razón de esta reducción es que en 2012 el centro de Aguere comenzó a exigir a los alumnos que dejaran el curso a la mitad y que pensaran retomarlo en el futuro que abonaran las tasas por la docencia recibida. Antes eso no ocurría. Si un chico tenía un mal año o no podía hacer frente a los gastos, simplemente dejaba de ir a clase y volvía a matricularse el curso siguiente. No constaba como presentado pero tampoco acumulaba deuda.

En términos porcentuales, el número de morosos es solo del 2,87%. Su incidencia ahora es más elevada entre los alumnos de posgrado -3,10%- que de grado, cosa que no ocurría en el curso 2010-11. Entonces el 5,34% de los impagos eran de alumnos que cursaban carreras y el 4,66% de máster.

Según fuentes de la institución académica, el descenso se debe a que se ha hecho más hincapié en los plazos para efectuar los pagos. Es decir, el centro ha puesto más énfasis en la labor de comunicación para concienciar a los estudiantes de los beneficios de pagar la deuda sobre la marcha, ya que si esperan al curso siguiente el precio aumenta: además de las tasas deben pagar una multa por el retraso. El efecto sancionador ha tenido, subrayan, un efecto corrector.

Los estudiantes, en contra
La Asamblea por el Movimiento Estudiantil Canario (AMEC), consciente de la dificultad que supone para muchos alumnos abonar el precio de la matrícula, se reunió hace una semana con el vicerrector de Estudiantes, Alfonso Miguel García Hernández. El grupo aprovechó el encuentro para exponer algunos de los problemas que tienen hoy los estudiantes y para plantear propuestas de mejora. Uno de los asuntos abordados fue la deuda contraída por los alumnos que han abandonado sus estudios desde el curso 2012/2013, cuando se incluyó un artículo en el decreto de tasas que advertía de que la anulación de la matrícula por impago generaría una deuda con la Universidad para sucesivas inscripciones.

AMEC considera que esta medida afecta “de forma especial” a los estudiantes con menos recursos, porque son ellos quienes más dificultades encuentran para continuar con sus estudios, y no pueden reincorporarse el siguiente curso porque el coste de su matrícula se ha multiplicado por dos. “Le hemos pedido al vicerrector que se implique y que consiga que el abandono o la anulación de la matrícula no genere deuda, y esto no afecte al derecho fundamental de acceso a la educación”. De momento, “como medida paliativa, se ha solicitado el fraccionamiento de la deuda a los estudiantes”, explica el grupo.

La norma adoptada por la ULL no es una excepción. Muchas universidades han hecho lo mismo durante los últimos años. La medida no ha sido bien acogida por el sector estudiantil, que en general mantiene el mismo posicionamiento que AMEC y asegura que esta “barrera” va en contra de la igualdad de oportunidades. Por contra, los centros aducen que los jóvenes están pagando por unos contenidos y una formación para los que se matricularon, que han recibido y que en su mayoría costea la Administración. Es un ingreso extra para universidades como las dos canarias, que están entre las que menos reciben por las tasas académicas, según la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE).