La regeneración que impulsa Unión Progreso y Democracia (UPyD) empieza por la propia organización, que este sábado afronta un congreso extraordinario vital para la supervivencia de unas siglas fagocitadas por los partidos emergentes. En una de las cuatro candidaturas va el coordinador territorial de Canarias, José Luis García Morera.
La lista más próxima a la actual portavoz nacional, Rosa Díez, la encabeza el número dos, el abogado Andrés Herzog. Lo acompañan, entre otros, el parlamentario autonómico vasco Gorka Maneiro y la eurodiputada Maite Pagazaurtundúa. Esta propuesta compite con la corriente liderada por la diputada Irene Lozano, que incluye al crítico dimisionario Toni Cantó. Luego están las plataformas conformadas en torno al exconcejal en Pozuelo de Alarcón José Antonio Rueda y el ceutí Julián Domínguez.
Pagazaurtundúa viajó hace unos días a las Islas para hacer campaña junto a García Morera y su equipo de apoyo. Durante una rueda de prensa en la sede de La Laguna, la eurodiputada detalló las líneas programáticas de la propuesta de Unidos. Se concretan en 50 medidas destinadas a “relanzar” UPyD con acciones como la profesionalización de las áreas clave y el fortalecimiento de las estructuras periféricas, además de un lavado de cara de la imagen y una adaptación de la estrategia de comunicación. “Es tu hora. Hemos escuchado. España necesita un partido político como UPyD, decente, con principios y un discurso coherente, que defienda lo mismo en todos los sitios, decidido a combatir los privilegios territoriales, bajo la premisa de que no haya ciudadanos de primera y de segunda. Un partido político progresista, autónomo, libre e independiente”. Con estos postulados pretenden devolver la ilusión con “soluciones a los principales problemas de España”, tales como “la desigualdad, el paro y el creciente empobrecimiento”. Para alcanzar estos objetivos, Unidos plantea cambios sin renunciar a las esencias fundacionales del proyecto. “Sin hipotecas y desde la experiencia”, recalcan sus promotores.
Una de las líneas divisorias entre las candidaturas la marca la relación con Ciudadanos. Antes de las elecciones del 24 de mayo, que se resolvieron para UPyD con un batacazo de aquí te espero, la búsqueda de puntos de encuentro con Albert Rivera separó las aguas, que bajan turbias. Rosa Díez se ha mostrado reacia a mezclar el magenta con el naranja. En contraste con esa posición, Inés Lozano se ha revelado como menos agria. De hecho, no descarta un pacto con C’s cara a las generales. Sin embargo, en UPyD son conscientes de que su capacidad negociadora se ha visto seriamente mermada.
El proceso interno que culminará el fin de semana no ha estado exento de polémicas, con acusaciones de espionaje y todo. En el debate de la semana pasada saltaron chispas. La mecha está encendida. ¿Quién la apagará?