CANDELARIA

Cuando la peluquería se hace arte

YERAY CASQUERO BARBERIA
El arreglo de barbas y los cortes difuminados son los más demandados. / NORCHI

Lejos de lo que ha sucedido con otros sectores, las peluquerías han resistido bien lo avatares de la crisis económica, porque no se entendería, por ejemplo, que en Candelaria hayan aumentado considerablemente el número de locales, de tal guisa que el municipio cuenta hoy con 41 licencias, aunque la propia concejala de Comercio, Vaitiare Rodríguez, reconoce que hay además muchos autónomos que trabajan desde sus casas y otros que no están legalizados.

Un sector que además ha crecido al ritmo que marcan las tendencias, y así, la irrupción de nuevo de las grandes barbas y mostachos en los hombres, ha hecho que muchas peluquerías de caballeros recuperan el tradicional nombre de barbería.

Ese es el caso de Yeray Casquero Barbería, un local que abrió sus puertas el 18 de agosto de 2013 en el mismo centro de la villa de Candelaria, frente al Cine Viejo, y que desde entonces no ha dejado de crecer, de tal manera que hace poco amplió sus instalaciones alquilando un local anexo, donde cinco jóvenes, todos ellos con sus pobladas barbas y visibles tatuajes, reciben a medio centenar de clientes a diario.

[sws_pullquote_left]El sector es tan pujante que el municipio cuenta con 41 locales abiertos al público[/sws_pullquote_left]

Pese a su aspecto juvenil y urbano, Yeray Casquero y su equipo reciben a clientes de toda condición y edad, porque están preparados tanto para un corte de pelo clásico como para un difuminado o un arreglo de barba, tan demandados ahora que está en el candelero la cultura hipster proveniente de Nueva York. Y pese a la enorme demanda, o precisamente por ello, Yeray Casquero Barbería mantiene unos precios que podemos entender como asequibles a cualquier bolsillo: 10 euros, el corte de pelo; 7 euros, el afeitado y solo 5 el arreglo de barba.

Lejos de considerarlo una moda, para Yeray Casquero “las barbas han llegado para quedarse”, porque según él es “la excusa perfecta para no afeitarse todos los días, otra cosa bien distinta es que ahora sea una tendencia”, comenta.

Aunque es un apasionado de los tatuajes, solo hay que fijarse en su cuerpo totalmente pintado, este joven estilista no piensa introducirse empresarialmente en el mundo de los tattoos. “Es evidente -señala- que me encanta estar pintado, pero no me gusta adentrarme en lo desconocido ni tampoco me gusta abarcar; por ahora no tengo interés en ese tipo de negocio”, como tampoco tiene interés en explorar en la peluquería para mujeres “y no es porque no lleven barba”, remarcó; “lo mío son los caballeros y no quiero salir de ese territorio”.

Pero Yeray Casquero no solo es un joven empresario de éxito, sino que además de empaparse cada día de las nuevas tendencias, crea escuela y trata de ser solidario. Hace unas semanas organizó en su negocio un concurso de peluqueros-barberos con el premio de un puesto de trabajo para el ganador entre los 12 que compitieron venidos de todas las Islas y ha llegado a pelar gratis a cambio de alimentos para la gente más necesitada de Candelaria.

Su primer negocio, con solo 25 años

Yeray Casquero tiene apenas 25 años y desde hace dos años regenta su primera barbería, como le gusta a él que se le reconozca, después de trabajar en un salón del parque Boulevard de Santa Cruz y formarse en distintos cursos, aunque dice con orgullo ser “autodidacta”, para convertirse en profesional en 2009. Hoy su barbería, en el centro de Candelaria, da trabajo a cinco personas y además Yeray compagina su labor con el de estilista para Tenerife Moda y diseñadores como Lucas Balboa, entre otros muchos.