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Europa financia un estudio sobre el alcance de la ciguatera en las Islas

La Agencia Europa de Seguridad Alimentaria (European Food Safety Authority, EFSA por sus siglas en inglés) aprobó en días pasados la financiación de un detallado estudio sobre el avance de la creciente incidencia que tiene la biotoxina conocida como ciguatera en Canarias, en información captada a través de vías extraoficiales.

Este interés de las instituciones europeas por un mal que en menos de 10 años apenas ha causado poco más de medio centenar de casos en residentes en el Archipiélago se justifica en que se trata de un problema sanitario hasta ahora desconocido más allá de las aguas tropicales, y que solo tenía presencia en territorio de la Unión Europea a través de casos importados.

Sin embargo, el leve pero constante calentamiento de las aguas en el océano Atlántico ha permitido que la microalga tóxica que genera estas biotoxinas (concretamente ciguatoxinas y maitotoxinas) llegue a esta zona del planeta y acabe afectando a los humanos que consumen pescados de gran tamaño que han acumulado la suficiente cantidad como para que afecte a las personas. El porqué estas toxinas hacen enfermar a mamíferos y aves pero no a estos peces sigue siendo un misterio aún por resolver para los científicos, lo que da idea del cierto desconocimiento que aún se tiene de esta enfermedad, a buen seguro porque nunca afectó masivamente a los países más desarrollados.

Por lo que respecta al estudio en sí, las fuentes aludidas resaltan el hecho de que se haya dispuesto nada menos que un millón de euros para el mismo, así como los que intervendrán en su elaboración. En concreto, serán tres instituciones las que se verán involucradas. Por un lado actuará el departamento de Salud Pública del Gobierno de Canarias, de creciente y consolidado prestigio, cuya área de Epidemiología ha visto reconocida su labor recientemente con la Medalla de Oro de Canarias. Por otra parte, el Gobierno de España también participará a través de su centro de referencia, el Instituto Carlos III. Por último, el mundo académico aportará sus conocimiento con el trabajo que llevará a cabo el Instituto Universitario de Seguridad Alimentaria (IUSA), adscrito a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).

Cabe recordar que en las Islas está vigente un férreo protocolo que impone a todos los puntos de primera venta en el Archipiélago la obligatoriedad de que determinadas capturas sean analizadas antes de ser expuestas al consumo humano.

De la efectividad de dichos controles, que llevan a cabo en acción conjunta la Viceconsejería de Pesca y la Dirección General de Salud Pública, da constancia el hecho de que no se conoce caso alguno que procediera de las lonjas desde que se implantaron, si bien los casos registrados este mismo año (dos brotes en Tenerife con un total de seis afectados y otro más en Lanzarote con dos enfermos) han forzado a realizar determinadas modificaciones, concretamente bajar el peso de algunas de las especies incluidas. Tampoco se descarta que en breve se incluyan nuevas especies. Hoy en día figuran en la lista siete: medregales (15 kilos o más), petos (35 kilos o más), abades (12 kilos o más), (pejerrey (9 kilos o más), meros (19 kilos o más), picudos y peces espada (270 kilos o más).

Uno de los principales objetivos del estudio es saber con mayor exactitud si se debe ampliar esa lista o modificar los pesos de la misma, pero también si la biotoxina se trasmite por las mismas especies en aguas tropicales y en Canarias, o por contra asistimos a variantes por estos lares. Lógicamente, también se pondrá la lupa sobre qué tipo de especies pueden propagar el mal hacia el norte.

Por último, hay que recordar que la ciguatera apenas tiene una tasa de mortalidad del 5%, pero provoca una miriada de distintos padecimientos que van desde la taquicardia o la diarrea según los casos. Una curiosidad: provoca inversión térmica (da frío lo que produce calor y viceversa).