el dardo

Fiasco inicial

Apenas llevamos mes y medio desde la formación de las nuevas corporaciones locales y en varios ayuntamientos se suceden gestos sorprendentes y acuerdos inesperados en lo que constituye un espectáculo propio de personas sin experiencia, inmaduras e incluso -al menos en algunos casos- de escasas convicciones democráticas. Así ha ocurrido en corporaciones de extrema izquierda -las de Madrid, Barcelona, Zaragoza o Cádiz, por ejemplo- encabezadas por políticos de Podemos y algunas de sus marcas blancas o de formaciones afines. Con su comportamiento, estos grupos políticos han suscitado cierta decepción entre el electorado, que esperaba un cambio en la forma de gobernar las instituciones y mayor preocupación y cercanía a los problemas de la ciudadanía. Sin embargo, lo que se ha visto es colocación de pancartas; retirada de banderas, bustos y retratos; modificación de los nombres de calles y plazas; decisiones anticlericales, y una retahíla de declaraciones provocadoras y de fuerte carga ideológica -al viejo estilo bolchevique-, más propias de activistas sociales de escasa formación que de políticos de nivel dedicados a trabajar por el bien común. Es pronto para sacar conclusiones, pero estos primeros pasos en varios ayuntamientos constituyen un síntoma preocupante que nada tiene que ver con el cambio prometido, ni con los propósitos de regeneración de la vida pública anunciados a bombo y platillo durante la pasada campaña electoral. Estamos ante una especie de fijación ideológica de carácter revisionista, como si la historia o el mismo pasado se pudieran cambiar a voluntad por meras convicciones personales.

Al mismo tiempo, se suceden lamentables agravios a la monarquía y sus símbolos, lo que violenta el espíritu constitucional y ofende innecesariamente a la dinastía reinante merced a un republicanismo faltón. En este escenario, tras el escándalo-pucherazo de las primarias y la arrogancia e insolencia de Pablo Iglesias, junto a sus altisonantes y ambiguas declaraciones acerca de asuntos políticos de gran relevancia, no tiene nada de particular que Podemos siga cayendo en intención de voto en todas las encuestas. Y eso que aún no se han resuelto los problemas con la Justicia, Hacienda y las autoridades universitarias de varios de sus líderes nacionales.