Análisis

Gestos significativos

No soy partidario de quedarme con las formas externas o con los detalles visibles que puedan advertirse expresamente en ciertos comportamientos públicos; el fondo de un discurso o de una actuación política siempre me resulta más importante que la manera de expresarlo o de actuar. Así y todo, la política tiene mucho de representación o escenificación, y en este sentido los primeros gestos y procederes de Fernando Clavijo han venido a remarcar un nuevo modo de hacer política, aparte de insistir en los grandes objetivos que destapó en el discurso de investidura para esta legislatura: romper abiertamente con la línea de confrontación que el anterior Gobierno había establecido con el Ejecutivo de Mariano Rajoy, dar los pasos iniciales para tratar de conformar a medio plazo un modelo de desarrollo que reparta mejor la riqueza y no se base tan solo en el sector servicios -y dentro de él en el turismo, con un modelo más abierto, especializado y de mayor calidad- y remarcar la importancia de lo social en estos momentos de crisis económica.

La reconducción de las relaciones con el Gobierno central me parece, por encima de todo, un urgente deber institucional de Clavijo, no por marcar distancia con su antecesor sino, sobre todo, para sentar las bases de una colaboración leal y sincera que propicie los mayores beneficios posibles para las Islas. Una confrontación sistemática como la que propiciaron Rivero y Pérez condujo al Archipiélago al callejón sin salida del recorte de fondos y la insignificancia institucional, a la que desde luego colaboró con cierto entusiasmo un soberbio José Manuel Soria con ganas de hacer pagar a Rivero viejas afrentas públicas y privadas.

Rajoy, Montoro y REF
Pero yo dudaría de los réditos que pudiera obtener Canarias mediante la sola intermediación de Soria, no suceda que el ministro ande a la búsqueda de réditos electorales o trate exclusivamente de salir en la foto. Se supone que el presidente del PP canario tanto amaba a su tierra antes como ahora y que, aparte graves diferencias con Rivero, en ambas circunstancias desearía el bien de Canarias, aunque en sus relaciones con el anterior Gobierno autonómico no lo pareciera. Sea como fuere, me convence la afirmación del presidente, para quien la buena sintonía con los líderes de los partidos nacionales y con miembros del Gobierno central siempre ayuda a normalizar las relaciones entre la comunidad autónoma y el Estado.

Por otra parte, si Soria consiguiera una pronta entrevista de Clavijo con Rajoy, antes de las vacaciones veraniegas de éste, por ejemplo, será el ministro quien se apunte el tanto, lo cual conviene mucho al PP en las Islas, obligado como está a reponerse de una histórica caída de votos, pero también al propio ministro, para mejorar su imagen personal en momentos en que su capacidad de gestión en el Gobierno parece muy próxima al agotamiento, dada la proximidad de las elecciones generales. Quiero decir que Clavijo ha apostado muy fuerte por Soria en este primer gesto político, que por lo demás confirma las excelentes relaciones existentes entre el ambos.

Me parece urgente la necesidad de influir ante Rajoy, pero también con el antipático Montoro, que es el amo de la caja y sin cuyo visto bueno no será posible la inclusión de mejoras en dinero contante y sonante para Canarias en el ya muy adelantado proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2016. Además, Montoro -que, por cierto, no se lleva precisamente bien con Soria- tiene mucho que decir sobre el REF económico pendiente y sobre el reglamento de desarrollo del REF fiscal cuando restan escasos meses para el término de la legislatura. Y esta circunstancia sí que resulta apremiante.

Una cumbre descafeinada
Por lo que se refiere a la cumbre convocada, en principio para el lunes 27, entre las altas autoridades del Ministerio de Industria, Energía y Turismo (¿por qué no con rango más transversal, incorporando a otros ministerios?), tal y como pactaron Soria y Clavijo, y los consejeros canarios competentes en las materias que gestiona el ministro, está por ver su rentabilidad concreta, sobre todo en materia económica, mientras no se despejen las dudas acerca de la política estatal sobre energías renovables -recurrida en instancias jurídicas y de intermediación nacionales e internacionales- y se respeten las singularidades isleñas, por un lado, y por otro sigan pendientes de especificación las líneas de colaboración financiera al amparo del REF y de los planes turísticos estatales y canarios.

Pase lo que pase en esa cumbre, el abrazo público entre el ministro y el presidente, la cercanía y complicidad que ambos manifestaron y sus palabras de buena voluntad me parecen un buen comienzo, tras los años perdidos a cuenta del estúpido pleito del petróleo. Pero tampoco debemos llamarnos a engaño: los matices y los gestos, no siempre conscientes y voluntarios, reflejan actitudes más que decisiones, aunque jueguen un papel fundamental en las relaciones humanas.

Otras expresiones de cercanía y modestia las protagonizó Clavijo al acercarse esta semana a las dos principales ONG que se ocupan de los más desfavorecidos, Cáritas y Cruz Roja, así como a los sindicatos más representativos, UGT y CC.OO. A todos ellos los visitó en sus sedes respectivas en una actitud política poco común que expresa sencillez, desprendimiento y proximidad. Como cabía esperar, los cuatro interlocutores insistieron sobre la necesidad de ampliar los programas de protección social y reformar la prestación canaria de inserción, PCI, para que alcance al mayor número de familias posible.

La preocupación social
El presidente insistió una vez más en su compromiso de dedicar a gasto social el modesto crecimiento que experimenten los Presupuestos autonómicos del próximo ejercicio. Es decir, los más de 130.000 menores en situación de pobreza y el más de medio millón de personas en exclusión social o a punto de caer en ella en Canarias seguirán siendo “una prioridad”. Lo malo es que no hay dinero suficiente para tantas necesidades.

Tras cuatro años prácticamente perdidos, se va a retomar por fin el diálogo social. Fernando Clavijo se ha comprometido a convocar cuanto antes la Mesa de Concertación, después de que la semana entrante se encuentre con representantes de las patronales canarias para conocer sus problemas y aspiraciones. Dicha mesa no se reúne desde marzo del pasado año, a pesar de que entonces se crearon diez mesas de trabajo -para tratar asuntos considerados prioritarios como desempleo juvenil, formación profesional, economía sumergida, negociación colectiva y sostenibilidad de los servicios públicos- y las partes se comprometieron a cerrar un acuerdo antes de finales de año.

Otro detalle en línea con las preocupaciones sociales del Gobierno ha sido la celebración de una reunión con Andrés Orozco, el delegado territorial de Caixabank, entidad bancaria que absorbió a CajaCanarias, a la que asistieron el presidente Clavijo y la vicepresidenta Hernández, responsable a su vez de las políticas de vivienda. La política antidesahucios y la próxima creación de la Oficina de Intervención Hipotecaria centraron las conversaciones. Caixabank y Cajasiete son las dos entidades que durante la actual etapa de crisis socioeconómica más se han involucrado en Canarias para no utilizar el desahucio forzoso como vía para la resolución de problemas surgidos a causa de impagos o demoras.

Turismo y presiones
Sobre este asunto existe más voluntarismo que posibilidades reales de actuación por parte del Ejecutivo autonómico, aparte las ayudas sociales o los realojamientos de las familias afectadas por los desahucios. La suspensión, por el Tribunal Constitucional, de las normas dictadas al efecto por el anterior Gobierno canario, incluida la posibilidad de expropiación de pisos desocupados a las entidades bancarias, deja muy poco margen para la intervención oficial, salvo para asesorar y ayudar a los afectados y mediar ante los bancos y las instancias judiciales.

El presidente ha vuelto a insistir en su idea de abrir un debate sobre el modelo turístico basado en la excelencia, que es el ideal para las Islas. Ya he dicho que me parece bien y que hay cuestiones que conviene estudiar, y en su caso rectificar, además de proseguir con la rehabilitación de la planta alojativa, la mejora de los espacios turísticos urbanos, la reducción hasta donde sea posible del todo incluido y del crecimiento desordenado del sector, el cuidado de la especialización y la oferta de nuevos nichos de ocio y consumo.

En definitiva, los primeros pasos del Gobierno, que sin embargo tiene problemas internos y fuertes presiones de los dos partidos que lo sostienen para la realización de algunos nombramientos, parecen marcar un camino nuevo y unas formas distintas, más del gusto de la gente, a la hora de afrontar los problemas de nuestra comunidad autónoma. A ver si estos detalles no se quedan sólo en la superficie de las actuaciones.