el cráter

Insostenibles

Serán estas intensas y extensas olas de calor las que aflojen las férreas resistencias de lo inamovible. Estas olas de calor a las que, según afirman los expertos, tendremos que aclimatarnos aquí, en esta atlántica latitud de vida. De la misma forma que hemos de acostumbrarnos aquí, en este paralelo 28, a prolongados períodos con bajas temperaturas tan poco propicias por estos lares como las registradas los pasados meses de invierno. Unos registros que comienzan a quebrar la foto fija canaria dominante hasta hace bien poco. Fuera de estas tierras isleñas también se inicia la fragmentación de coyunturas hasta ahora invariables. Por muy incoherentes, ilógicas, indefendibles e inadmisibles que se revelasen ciertas situaciones no han socavado durante años su condición de inalterable. Sin embargo, lo inesperado ha dejado de serlo y lo impensable se ha tornado factible. Ese es el sello que proporciona estos días el deshielo entre Estados Unidos y Cuba tras más de cincuenta años sin relaciones diplomáticas. Ese es el logro, hasta ahora insospechado, del acuerdo nuclear entre el mismo Estados Unidos y el Irán de los ayatolas. Esa es la marca de la ley aprobada hace unos días por el Parlamento de Japón que permite al Ejército nipón combatir en el exterior por primera vez en setenta años. Asimismo, ha dejado de ser inalcanzable durante tantos años el proceso de enterrar el bipartidismo en la política española. Ha dejado de ser intocable ante el juez el líder de la trama Gürtell, quien ya se ha sentado en el banquillo de los acusados. Aquí en Canarias, si ha existido y existe hasta ahora en el terreno político algo que ha seguido la senda de lo inmutable, por muy incoherente, ilógico, indefendible e inadmisible que se evidencie, eso es la Ley Electoral Canaria. Su recorrido puede llegar a su fin. También se pretende, al parecer, corregir la característica de inaceptable que secunda la interminable construcción de los hospitales del Norte y del Sur. Aquí también lo estático e inamovible durante muchos años se ha mudado, al parecer, a lo realizable en el caso del dique de San Andrés. Todas las circunstancias aquí reseñadas, por su dilatación en el tiempo, han sido y son insostenibles.