tribuna

José Peraza – Por Joaquín Castro San Luis

Hace una década de la muerte del artista José Peraza. Es bueno que lo recordemos, ya que no solamente fue un pintor, sino un investigador del acervo canario. Hombre polifacético, dibujante, restaurador e, incluso, historiador de las Islas.

Su pintura, realista de un figurativismo llegado al máximo, nos deleitaba con unos bodegones donde el tipismo autóctono nunca faltaba. En sus temas: la manta esperancera, las ristras de ajos y cebollas, y principalmente la cerámica de las grandes alfareras gomeras.

José Peraza, además de realizar su labor de dibujante, la restauración de cuadros le entusiasmaba. Sus grandes pintores como Juan de Miranda y Gaspar de Quevedo los estudiaba. Sus visitas a las iglesias de La Concepción de Santa Cruz y La Laguna, así como de La Orotava, eran muy importantes para él. Le gustaba in situ ver las características, las maneras especiales de estos pintores para llegar a la consecución final.

Admiraba a Luján Pérez, a sus bellas Dolorosas. A Estévez de Sacramento con sus Inmaculadas, a Arroyo, también creador de numerosas imágenes. Era su mundo artístico el que le ilusionaba y siempre quería estudiar, llegar al más allá.

Sus investigaciones sobre los estudios canarios fueron muy importantes. Las llevaba a sus cuadros, a su mundo imaginario, a sus visiones de las panorámicas, que veía en el monte de La Esperanza o de Las Mercedes, no sin olvidar el majestuoso Teide que lo plasmaba en sus lienzos, unas veces con el manto blanco del invierno y otras con los brillos de la lava y la obsidiana.

Después de una década de su fallecimiento, llegue nuestro recuerdo a su familia. José Peraza, un hombre del arte en Canarias que no puede quedar en el olvido.