La Laguna que queremos

Desde que fui designado candidato a la alcaldía de San Cristóbal de La Laguna siempre tuve algo muy claro: esta ciudad me ha ofrecido mucho en lo familiar, personal y profesionalmente. Y ahora me toca seguir comprometido con este municipio, sin esperar nada a cambio sino la satisfacción del deber cumplido. Mi trabajo, mi preparación, mi esfuerzo y mi pasión es lo primero que ofrecí y ahora con el acta de concejal estamos convencidos de que daremos los otros pasos para lograr La Laguna que queremos.

Hace algo más de una semana que se constituyó la nueva Corporación. Con sus luces y sus sombras, La Laguna ya tiene alcalde y en nuestro discurso de toma de posesión le deseamos la máxima de las suertes, pues de su gestión acertada y de su sentido común dependerá el futuro y el bienestar de los laguneros.

Nuestra actuación política irá guiada, como siempre, por la lealtad a las instituciones y a las personas, buscando grandes consensos para los problemas de los ciudadanos. Y por ello, nunca nos alegraremos de que las cosas funcionen mal, gobierne quien gobierne.

Somos de los que pensamos que dedicarse a esta noble actividad de la política (aunque en estos momentos su credibilidad está bajo mínimos) es lo más loable que puede hacer un ciudadano y, además, con la particularidad de hacerlo desde esta administración.

Haciéndolo pegado al vecino, a pie de calle, cuestión ésta que la hace enormemente atractiva y de una elevada responsabilidad. La empatía y la inteligencia emocional deben de ser dos cualidades indispensables para el correcto ejercicio de la misma.

Precisamente esta idea es la que nos hace creer que la Laguna no es únicamente el casco sino cada uno de sus barrios, sin excepción. Con sus gentes, sus negocios, sus problemas y sus particularidades. Por lo que no tiene que haber ninguna diferencia de servicios públicos se viva donde se viva. Huyendo de las ideas fáciles, consignas infantiles y eslóganes simples para solucionar los problemas. Huyendo de los populismos demagógicos que no llevan a ningún sitio.

Recordando siempre el principio fundamental de que somos administradores temporales de lo público, no dueños de las instituciones, y que los cargos no hacen a las personas, sino antes las personas a los cargos. Principio básico que se debería tener siempre en cuenta.

La estabilidad que tanto defendemos no es únicamente la de las administraciones, la más importante es la producida por un pacto por los ciudadanos que, en este Ayuntamiento, habrá de garantizarse de la forma más sensata y, sin duda, con absoluta transparencia. De ahí que no creamos en los pactos en cascada, pues estos atienden más a los intereses de los partidos que a los intereses de los vecinos.

Por eso, reivindicamos desde estas líneas que la transparencia, dedicación y el compromiso debe ser una norma de conducta de nuestro quehacer político, dedicándonos a los problemas fundamentales de nuestros vecinos. Esto debe ser lo normal y la normalidad, que les auguro que tiene mucho futuro en política. Cuando uno se equivoca se debe pedir perdón humildemente, pero nunca se puede ser negligente.

El Partido Popular trabajará desde el lugar que nos ha tocado. Y seguiremos insistiendo en que la prevención de la exclusión social y la lucha contra la emergencia social serán nuestras motivaciones y señas de identidad. Que no exista ningún ciudadano (viva donde viva) que lo necesite y no sea atendido, máxime en un municipio que cuenta con los tesoros que posee este territorio: Universidad bicentenaria, Hospital universitario de primer nivel, astrofísico con 3 décadas de existencia y de talla mundial, aeropuerto internacional, laurisilva, tricontinentalidad y un largo etcétera que ya todos ustedes conocen. Por un municipio más europeo y todo distrito universitario.

No escatimaremos ni un minuto en buscar grandes consensos en los temas que afectan a esta ciudad, haciéndolo compatible con la acción fiscalizadora propia de nuestra misión, a la cual nunca vamos a renunciar.

Y sabiendo que las soluciones a los grandes problemas son nacionales y europeas, apostando por un ayuntamiento transparente, con techos y paredes de cristal, luchando contra los localismos y el manejo de la inercia como necesidad objetiva del sistema y no como una cuestión graciable.

*CONCEJAL DEL PP EN EL AYUNTAMIENTO DE SAN CRISTÓBAL DE LA LAGUNA

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