el fielato

Lo importante

La mirada hacia el presente está condicionada, evidentemente, por el foco hacia el que dirigimos nuestros intereses, miedos, anhelos o esperanzas. En estos días, la actualidad patria -la de las ínsulas canarias- se ha centrado en el devenir de los pactos de gobierno y si se consumaban o no algunas bufonadas políticas -de las que no tienen gracia- en La Laguna o el Cabildo. Por suerte, al final imperó el sentido común y, pese a que los puñales estaban firmemente agarrados cual foro romano ante César, se cerraron acuerdos de gobierno con la boca pequeña y sonrisas de medio lado para que de una vez, y a mes y medio de las elecciones, los nuevos rectores de la cosa pública se pongan a trabajar por el bien de los vecinos de Aguere y, en general, de toda la Isla. Porque al final eso es lo que se le pide a la clase política, que si bien no tiene lo primero a la hora de tender puentes y consensos, sí que están obligados a lograr que la vida de sus administrados sea un poco mejor y que las tremendas desigualdades -por irnos al infierno económico de los últimos años- que siguen imperando, cuando no aumentando, en el Archipiélago tiendan a menguar.

Si ampliamos la mirada hacia la otra patria -la de la piel de toro con permiso de Portugal- los chiripitiflaúticos acontecimientos se suceden con un presidente Rajoy, cada vez más parecido a un guiñol, que ha dejado estos últimos días imágenes estremecedoras, de esas que provocan escalofríos sin saber el motivo real de esa especie de temor. Ahí quedarán para la posteridad el almuerzo con Nicolás Sarkozy frente a mantel blanco y tiesas espaldas y ese otro encuentro gastronómico con Aznar, Zapatero, Felipe González y el ¿ex? rey Juan Carlos. Razones y contenidos de sendas reuniones dan igual… un fantasma recorre España bajo el aspecto de unas elecciones para septiembre, noviembre o diciembre. En la tercera patria -la de la vieja diosa griega Europa- todos mirando, precisamente, a Grecia. Si es sí, malo; si es no, también.

Mientras, ante tantos y variados graves problemas e incertidumbres, poco o nada queremos saber de los niños nadando en ríos de basura para subsistir en Filipinas; de otros niños ejecutando a soldados sirios con un tiro en la cabeza; del, literal, aniquilamiento de Yemen…; de la angustia de millones de seres humanos ante un futuro negro frente al arco iris que dejan tras de sí las machangadas sobre los pactos en Aguere, las componendas taberneras para acercarse al poder o seguir en él y, sin querer restar dramatismo a la cosa, si hoy lunes la Unión Europea es más o menos canalla que ayer domingo.