cuadernos de áfrica

Lo que su móvil esconde – Por Rafael Muñoz Abad*

Mire su móvil. Le explicaré lo que hay detrás su bonito diseño. Patrice tiene doce años y es minero en los yacimientos que flaquean Goma. Una cantera a cielo abierto donde en régimen de esclavitud extrae el indispensable polvo de coltán con el que se fabrican teléfonos y tablets. Una mezcolanza grisácea de columbita y tantalita cuya máxima cotización roza los 700 dólares el kilo.

Sigamos la pista de los sacos que sus envejecidas manos llenan y que celosamente son custodiados por los paramilitares que controlan el peligroso este del Congo. Rebeldes pagados por los intereses ruandeses y señores de la minería cuyo rastro nos conduce a través de un entramado de despachos y mediadores que lubrican el negocio que mejor funciona en África: la corrupción. ¿Están Apple, Sony o Samsung implicadas?; compañías que tienen autentico pavor a que sus elegantes nombres se relacionen con la explotación de menores y otros negocios… El coltán que llega a sus fábricas debe ya estar limpio.

Fuertemente custodiado, es transportado en camiones sin marcas. Un intermediario local lo vende in situ a un enlace occidental que representa a algún interés en la city londinense, Hong Kong o Johannesburgo. A partir de aquí, seguirán dos caminos. Es un secreto a voces que el incesante tráfico de aviones de carga, algunos con marcas de la ONU, no es correlativo al volumen comercial de la zona. Conocer sus destinos, ante la ausencia de un control aéreo efectivo, es incierto. La otra salida es a través de la vecina Rwanda. Estado parásito del Congo que, sin recursos minerales, resulta ser un gran exportador de coltán. Un país diminuto que no casualmente va convirtiéndose en la Suiza de África gracias a las generosas y desinteresadas inversiones que en él buscan un hub financiero regional. Estratagema que, aprovechando la baza de la rehabilitación del cruel pasado ruandés, apuesta por crear un estado amable y con seguridad jurídica que facilite las transacciones económicas. Y es que la trama de muñecas rusas que está detrás del tráfico ilegal de coltán es complejísima y, ex profeso diseñada para que los fabricantes de móviles nunca se vean implicados en algún escándalo.

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