SOCIEDAD

Caos aéreo en la Isla por la niebla

La niebla imperante durante buena parte del día en el aeropuerto Tenerife Norte (TFN) sembró ayer el caos aéreo sobre la Isla, ya que el Tenerife Sur (TFS) tuvo episodios de fuertes ráfagas de viento (las llamadas cizalladas) a media tarde, lo que unido al aluvión de aviones desviados desde Los Rodeos acabó congestionando el Reina Sofía, al punto que incluso un vuelo no pudo tomar tierra en el aeródromo sureño y terminó aterrizando en Fuerteventura.

La situación alcanzó tales niveles de complejidad en lo operativo que hubo momentos en que tres vuelos interinsulares coincidieron sobrevolando Anaga a la espera de conocer cuál sería finalmente su destino.
Los hechos que nos ocupan se iniciaron ya en la mañana de ayer, en información captada entre usuarios de ambos aeropuertos, fuentes de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea y de la compañía Binter (a través de sus cuentas oficiales en las redes sociales, que ofrecieron una información constante a sus clientes durante toda la jornada de ayer).

Así, al mediodía ya eran cuatro las salidas canceladas y trece los desvíos al Reina Sofía. Tales cifras se multiplicaron durante la tarde, al punto de que a las nueve de la noche ya eran 32 los desvíos al Sur y 31 las salidas que finalmente no se produjeron, siempre según fuentes oficiales.

De lo que no hay constancia es de que los continuos retrasos que sufrieron la gran mayoría de los vuelos, alguno incluso procedente de Madrid que acabó tomando tierra cuatro horas después del horario previsto.

A esas cifras hay que sumarles alguna más, ya que al cierre de esta edición no había constancia de, por citar un ejemplo, cuál había sido el destino final del Spanair que venía desde Sevilla, de donde ya despegó con un par de horas de retraso y sin saber a dónde se dirigía finalmente.

NO SE VE LA PISTA
De la gravedad de la situación en Los Rodeos da buena cuenta el hecho de que en determinados momentos de la tarde la visibilidad llegó a ser de apenas 200 metros. Ello supone que, prácticamente, la pista no se ve. Como quiera que Los Rodeos siempre ha sufrido este gravísimo problema de operatividad debido a la pésima elección que en su día hicieron los distintos responsables del Cabildo, influidos por las presiones de los entonces poderosos terratenientes del Norte de la Isla, en varias ocasiones se ha buscado alguna solución técnica para el mismo.

La última vez fue hace un año, cuando AENA intentó activar, a partir de mediados de 2014, el sistema instrumental de ayuda al aterrizaje (ILS, por sus siglas en inglés). El ILS es un sistema que, mediante señales electrónicas, permite al piloto la aproximación a la pista aunque no disponga de contacto visual. Existen varios niveles que van desde la categoría I, el más básico y presente en la mayoría de aeropuertos españoles, al de grado II y, por último, al nivel II-III, que permite “casi un aterrizaje automático” y solo está activo en los aeropuertos que presentan mayores complicaciones debido a las causas meteorológicas, como es el caso de Madrid, Barcelona, Vitoria o Santiago de Compostela. En principio, el previsto para el Tenerife Norte sería el nivel II.

Sin embargo, la orografía de la zona impidió que el sistema pueda calibrarse adecuadamente, por lo que la mejora volvió al cajón y la niebla sigue siendo un problema grave para la navegación aérea en Tenerife.