CINE

“No hay que mostrar la discapacidad en el foco de atención”

Roberto Pérez Toledo, guionista y cineasta. / DA
Roberto Pérez Toledo, guionista y cineasta. / DA

Por Benjamín Reyes

A Roberto Pérez Toledo (Arrecife, 1978) le diagnosticaron con cuatro años una atrofia espinal congénita, que a los 14 años provocó que tuviera que emplear una silla de ruedas para poder desplazarse. Lo cual no ha impedido que haya podido cumplir su sueño de rodar cine. En 2011 estrenó su primer largometraje: Seis puntos sobre Emma. El año pasado dirigió Los amigos raros, adscrito a una serie de filmes auspiciados por Calle 13 en la que se engloban 13 películas, grabadas en 13 horas con un equipo de 13 personas. Su cine se basa en historias sencillas centradas en las relaciones interpersonales. En el X Festivalito de La Palma, que concluye hoy, presentó la susodicha Los amigos raros.

-En la primera edición del Festivalito ganó con Gara y los sueños (2002) el premio al mejor cortometraje de La Palma Rueda. ¿Qué valor le concede a un certamen cinematográfico como este?
“El Festivalito fue un festival de cine pionero que ha aportado mucho al panorama de festivales. Venir aquí a La Palma en el 2002 y rodar un cortometraje en base a un lema que no conocíamos fue algo rompedor. Es un reto rodar, montar y proyectar un trabajo en tan poco tiempo. Al año siguiente empezó a ser imitado en otras partes del mundo. A mí me sirvió para darme cuenta de que podía coger una cámara y rodar con dos actores una historia sin parafernalias”.

-Según Imdb.com rueda 18 cortos entre 1999 y 2011. ¿Hace falta rodar tantos cortometrajes para dar el salto al largometraje?
“No lo creo. Ruedo cortometrajes porque estoy enganchado a este formato. Sigo haciendo cortometrajes sencillos de producir pero buscando ideas poderosas que conecten con la gente. En mi caso, rodé Vuelco en 2004 con La Mirada y luego apostaron por mí para producir un largometraje, proyecto con el que estuvimos cinco años hasta que se hizo realidad. Ahora hay gente rodando largometrajes que nunca grabaron un cortometraje, pero creo que este formato es el mejor campo de cultivo y experimentación. Este formato me permite contar historias que no podría contar de otra manera”.

-Su cortometraje Los gritones (2010) le ha reportado grandes satisfacciones en clave de premios, sin embargo fue plagiado por una marca de coches. ¿Hubo demanda judicial?
“La agencia canaria de publicidad Oportunidades empleó la idea de Los gritones para un anuncio y adujeron que era un homenaje. No se les demandó, pero sí lo denuncie en las redes sociales. Gracias al apoyo de la gente se consiguió que dejara de emitirse a los tres días, aunque nunca hubo una rectificación pública”.

-¿Con su primer largometraje, Seis puntos sobre Emma, intentó romper un tabú?
“En la película hay varias discapacidades reflejadas. La protagonista es ciega, pero es una mujer segura de sí misma y es conocedora del magnetismo que despierta en los hombres. Seis puntos sobre Emma en realidad se centra en la ceguera sentimental, que perturba más que la ceguera física en muchos casos”.

-Rueda el segmento Los románticos del fin del mundo del largometraje colectivo Al final todos mueren (2013), en la que horas antes del fin del mundo los personajes buscan el amor. ¿Es un romántico empedernido?
“Soy un romántico para bien o para mal. Tanto como persona como guionista me intrigan los sentimientos correspondidos o no correspondidos. Me interesa tanto la efervescencia del amor como el deterioro del amor. Existe todo un universo afectivo que se puede abordar con una serie de géneros diferentes”.

-El año pasado aceptó el reto de rodar Los amigos raros, enmarcado en el proyecto del canal de TV Calle 13 de rodar 13 películas, rodadas en 13 horas con un equipo de 13 personas. ¿Cómo transcurrió esta experiencia?
“Fue una locura, pero conseguimos salir airosos. Como soy muy kamikaze como director no me preocupa meterme en este tipo de retos. Al fin y al cabo el cine es un juego si no estás jugándote el dinero de nadie. Me encanta rodearme de un equipo que conecte con ese espíritu. Supongo que por eso ha calado en los espectadores y ya lleva cerca de millón y medio de reproducciones en YouTube. Además, ha generado bastante interés en varios productores, que se han interesado en trabajar conmigo casi más que con Seis puntos sobre Emma”.

-En Los amigos raros se desvela la trama desde el principio. ¿Prefiere trabajar con guiones que rompan el esquema tradicional de guion?
“Lo que intenté con Los amigos raros fue llevar los sentimientos humanos al thriller. A través de la figura del fallecido giran nueve personajes con los que procuré hacer lo más inquietante posible”.

-Tanto en Al final todos mueren como en Los amigos raros está presente la muerte. ¿Es un tema que le atrae?
“Es un tema que me atrae y me inquieta. Para mucha gente hablar de la muerte es un tabú, pero creo que la muerte está tan presente en la vida como la vida misma. Es un tema que voy a seguir explorando en futuros guiones”.

-¿El gran tema de su cine son las relaciones interpersonales?
“Sin duda. Me interesa el universo de la pareja, la amistad, el amor que se confunde con amistad, la amistad que se confunde con amor… creo que al espectador le atrae todo lo concerniente a lo afectivo porque es lo que nos mueve cotidianamente. Es lo que marca la pauta de casi todos nuestros comportamientos. Una de las cosas que me suelen decir es: ‘Me ha gustado lo que has hecho porque me ha pasado”.

-¿En su cine aboga por una discapacidad integrada?
“Sí, por supuesto. Creo que la discapacidad debe ser tratada en el cine como un elemento más. A mis personajes, más allá de su discapacidad les pasan otras miles de cosas. No hay que mostrar la discapacidad en el foco de atención”.